Historia Medieval I (siglos V-XII)

Imagen | Ciudad Real – Escultura de Isabel La Católica del artista Carlos Guerra.
EDAD MEDIA. CONCEPTO, FUENTES Y SIGNIFICADO

I
EL CONCEPTO “EDAD MEDIA”
ORIGEN DEL TÉRMINO
VALORACIÓN DE LA “EDAD MEDIA” EN LA HISTORIA
DE LA INCOMPRENSIÓN ABSOLUTA A LA REHABILITACIÓN
NECESIDAD DE DESTRUIR MITOS MUY ARRAIGADOS
LA “INVENCIÓN” DE LA EDAD MEDIA

El mundo medieval comienza su andadura a partir de la evolución de la civilización romana y de la llegada de los pueblos bárbaros desde Oriente. A pesar del carácter eminentemente “eurocentrista” y “mediterráneo”, pues en este ámbito es donde se desarrollan las tres civilizaciones más importantes medievales, la cristiana, bizantina y musulmana, encontramos un mundo medieval más amplio; abierto, por una parte, al ámbito estepario, India y China, centros comerciales, y, por otro, a África, lugar de partida de pueblos musulmanes, y, más tarde, destino de viajes y exploraciones. Hay que tener presente que la Europa occidental, de la que nos ocupamos en mayor medida, no puede ser comprendida en su totalidad sin abordar el continente asiático y el Norte de África.
La denominada Edad Media abarca, según criterio generalizado, pues no todos los historiadores están de acuerdo en fijar su comienzo o su límite, desde el siglo IV, o comienzos del siglo V, hasta finales del siglo XV. Se hace necesario, a su vez, delimitar todo este largo periodo de tiempo que comprende casi diez siglos. De ellos, la Alta Edad Media comprenderá el periodo abarcado entre los siglos V y XII.
El concepto de “Edad Media” se generó ya en la propia época, considerándosela como una época de decadencia, un momento intermedio entre el esplendor de la Edad Antigua (mundo romano) y el Renacimiento. Tenía este término una carga peyorativa. A partir del siglo XII se da un “renacer” de la cultura, luego recaería y a partir del siglo XIV se difunde entre los humanistas italianos esta denominación, retomándose esos valores. El Romanticismo de los siglos XVIII y XIX exaltaría después la importancia de la Edad Media y todo su mundo. Pero será en el siglo XX cuando la Edad Media sea totalmente “recuperada”. Actualmente hay que tener en cuenta sus luces y sus sombras, para ello es necesario destruir los mitos que giran en torno a la Edad Media. A este respecto se refiere un autor francés en su obra: La “Invención” de la Edad Media.
HEERS, J., La invención de la Edad Media. Ed. Crítica, Barcelona, 1996. 295 pp. En este libro el profesor Jacques Heers lanza una vigorosa diatriba contra la visión de la Edad Media que nos han transmitido los historiadores y los escritores durante los últimos siglos. Demuestra que, en propiedad, la Edad Media no ha existido nunca y que la distribución del pasado en diferentes períodos cronológicos no es más que una convención que no se corresponde en absoluto con la realidad. Combate también con decisión la leyenda negra, urdida tras la Revolución francesa, en torno a la sociedad feudal mediante el análisis de los últimos trabajos de los especialistas en la materia. Jacques Heers es un historiador francés especializado en la Edad Media licenciado en Historia en la universidad de La Sorbona. En los años 1950 empieza a trabajar en el Centre National de la Recherche Scientifique, y prepara su tesis doctoral en Italia como alumno de Braudel. Regresa a Francia y trabaja con Duby, siendo profesor en diversas universidades entre ellas La Sorbona. Con esta obra se pretende desmantelar una serie de tópicos que se han forjado de la Edad Media, así como evitar que creemos juicios de valor falsos a partir de ciertos clichés y que se juzgue, se desprecie y se condene negativamente la Edad Media. Denuncia la catalogación de la Edad Media como un período oscuro que se dio entre la Antigüedad y el Renacimiento y por ello es catalogado como mediocre, así como la libertad que el hombre “contemporáneo” se toma para alabar o despreciar esta etapa de la historia. El autor pretende que no se forje una imagen determinada de la Edad Media, que seamos objetivos y no condenemos a la ligera aproximadamente diez siglos de nuestro pasado. En los últimos años diversos historiadores han intentado con sus argumentos restablecer la imagen y el concepto de Edad Media y acabar con las ideas preconcebidas que de ella se tienen. Jacques Heers critica también la libertad que se toman determinados historiadores para juzgar el pasado, así como para coronarlo o castigarlo según su manera de ver las cosas o su libre albedrío y, obviamente, sin tener en cuenta que estas afirmaciones por venir precisamente de un historiador pueden ser tomadas en cuenta en la posteridad, creando así mas confusión.
La Edad Media es una categoría historiográfica artificial, como otras muchas; una convención del lenguaje, que a nosotros puede parecernos neutra y poco imaginativa, pero que no lo fue en modo alguno en sus orígenes. Esta es una discusión que cualquier estudiante de historia ha escuchado en la primera lección del programa de Historia medieval, es cierto. Pero es una discusión que sigue siendo oportuna porque explica muy bien el porqué de muchas malas interpretaciones y, sobre todo, del abuso sistemático del lenguaje de los que somos, sin darnos cuenta, espectadores y protagonistas ocasionales. Y ello explica que de vez en cuando se alcen voces apasionadas y hasta airadas contra una mala interpretación del pasado medieval en su conjunto. Lo expresó hace años un historiador francés, Jacques Heers, al escribir un libro deliberadamente polémico titulado La invención de la Edad Media -libro que en su versión original lleva el título mucho más provocador de Le Moyen Âge. Une imposture-, en el que defiende la tesis de que “la Edad Media, en realidad, no existió”, ya que no es sino un concepto artificial al que “se ha aplicado a sabiendas” todo tipo de oprobios. Y no le falta razón a Jacques Heers. Para empezar, el propio nombre Edad Media, consagrado en el manual de un modesto estudioso alemán del siglo XVII, es el menos adecuado para definir un periodo tan largo y complejo como el que transcurre entre el final del mundo antiguo y el inicio del que llamamos moderno. A falta de otra mejor, todavía seguimos utilizando la expresión “Edad Media”. En cualquier caso, el adjetivo “Media” se venía utilizando desde el siglo XV por los humanistas y con el paso del tiempo acabó cargándose de connotaciones peyorativas, concebido como un paréntesis entre dos periodos culturalmente brillantes y una etapa de predominio de la Iglesia y de la intolerancia.
Ahora bien, afirma Heers, la Edad Media, como un todo, no existió, lo mismo que tampoco existió el hombre medieval. Porque ¿qué relación hay entre Clodoveo, por ejemplo, y Luis XI? ¿O entre Pelayo y Alfonso X el Sabio? Ninguna. Sin embargo, en la consideración general todos son o serían “hombres medievales”. El libro de Heers no deja títere con cabeza. Por citar uno de los varios frentes contra los que acomete, el autor analiza el caso del feudalismo, sin duda la bestia negra del Medioevo. Heers afirma, y aporta pruebas, que muchas de las barbaridades y del mal trato de que fueron víctimas los campesinos sometidos al régimen feudal no existieron nunca, al menos de forma generalizada y que, por el contrario, se han incorporado al imaginario colectivo del hombre moderno como resultado de la campaña que condujo, al inicio de la Revolución Francesa, a la abolición, en la noche del 4 de agosto de 1789, de los derechos feudales y del feudalismo. Ahora bien, Heers, por su parte, en su afán por destruir la imagen absolutamente negativa que se tiene del feudalismo ofrece a la postre otra igualmente falsa por excesivamente idílica. Pero, detalles o puntos de vista aparte, Heers tiene razón en una cosa: la imagen que tenemos de la Edad Media ha sido construida por “escritores, historiadores, panfletistas o novelistas, comprometidos […] en la lucha por desacreditar todo lo que, en el pasado, no cuadraba con su ideal de Estado centralizador; todo lo que les parecía ajeno al “progreso” industrial, mercantil y burgués”.
II
LOS LÍMITES CRONOLÓGICOS DE LA EDAD MEDIA
¿PUEDE UNA FECHA DETERMINAR LA DIVISIÓN ENTRE DOS ÉPOCAS HISTÓRICAS?
¿COMENZÓ Y ACABÓ AL TEMPO EN LOS DIFERENTES ESPACIOS Y CIVILIZACIONES?
LA EDAD MEDIA SE EXTENDIÓ ENTRE EL SIGLO IV Y EL XV
– ALTA EDAD MEDIA: SIGLO V AL XII
– BAJA EDAD MEDIA: SIGLO XII AL XV

Un período histórico no se determina por una fecha concreta, es una etapa de transición en la que surgen elementos nuevos y en la que existe una continuidad entre las diferentes épocas pasadas de la Historia y las que se viven en ese mismo período, que tendrán a su vez continuidad con las siguientes. Por ello no se puede dar una fecha concreta al comienzo de la Edad Media, pero la época de formación de las sociedades medievales se desarrolló hacia el siglo IV, cuando se pusieron en contacto los tres grandes protagonistas del mundo medieval: el Imperio Romano, el Cristianismo y el Mundo Germánico. Así mismo, el final de la Edad Media se sitúa a fines del siglo XV, dando paso a la Edad Moderna. Actualmente se divide la Edad Media en dos etapas bien diferenciadas: la Alta Edad Media del siglo V al XII y la Baja Edad Media del siglo XII al XV sus diferencias son, sobre todo, artísticas (formas románicas, visigodas, góticas…)
EL ÁMBITO GEOGRÁFICO SELECCIONADO
Europa occidental / Bizancio / Islam
Los temas que ocupan este primer período de la Edad Media son de carácter eminentemente eurocentrista, ya que cinco de ellos sitúan su espacio geográfico en Europa (Occidente), y los dos restantes fuera de dicho marco: Bizancio e Islam (en Oriente). Dado que nos encontramos en un país perteneciente al ámbito europeo centramos nuestro interés en la historia occidental, pero debemos tener presente que la historia medieval no puede ser explicada sin la presencia indispensable de esos dos espacios geográficos y valorar su influencia en la historia europea.
LAS FUENTES DE LA EDAD MEDIA
Características generales de los testimonios medievales
Escasez por las propias condiciones de la Edad Media: dificultades de conservación

La heurística es el estudio de las fuentes. Para reconstruir la Historia es necesario basarse en documentos escritos (fuente indirecta), ya que el conocimiento antiguo está siempre en continua construcción y reinterpretándose constantemente. De este modo, la Historia avanza y se reconstruye, pero hay aspectos de la Historia Medieval que nunca se podrán reconstruir porque hay una carencia de fuentes a ese respecto, así que tiene sus limitaciones. En cualquier caso, toda obra histórica posee dos fuentes fundamentales: el historiador y las fuentes propiamente dichas. Fuentes que son voluntarias si han pervivido debido a su intención de dejar constancia (biografías y crónicas). O fuentes involuntarias que no tenían intención de informar (necrópolis). Las fuentes que poseemos son escasas debido a las condiciones de la Edad Media, que dificultan enormemente su conservación. Además están desigualmente repartidas y su calidad es muy distinta. Son heterogéneas (epigráficas, numismáticas, etc.) y son tantas que necesitan muy distintos tratamientos. En la época medieval primaban lo oral y el símbolo (el gesto, el arte románico, gótico…) como medios de divulgación de las ideas, dado el analfabetismo. El contrato de vasallaje, por ejemplo, comenzó siendo oral (basado en ritos como inclinarse, arrodillarse, o estrechar la mano) pero luego se complicó y pasó a formularse por escrito y a sellarse en plomo. La mayoría de los textos de la época eran transcritos por escribas en los scriptorium, por ello estos documentos tienen conceptos jurídicos en latín deformado y utilizan sinónimos y expresiones que no se corresponden con los conceptos actuales: Es el llamado anacronismo (crípticos, de muy difícil interpretación). Es decir, términos de la época que hoy se interpretan de modo distinto porque poseen diferente significado. Otras fuentes son las aristocráticas, eclesiásticas y de carácter masculino, que nos proporcionan una imagen distorsionada de la época, basada en la visión selectiva de unas minorías sociales.
Destaca un texto escrito por una mujer carolingia del siglo IX a su hijo: Texto de Duoda. Era frecuente que a la edad de siete años, el hijo le fuera retirado a su madre para ser educado en el oficio paterno, por ello su madre decide escribirle un texto para despedirse y aconsejarle para que acepte el cometido que se le ha encomendado. Es uno de los pocos testimonios de la época escritos por una mujer. Otro tipo de fuentes son las “falseadas”, pertenecientes a un período medieval denominado “época mitómana”. El ejemplo más destacado es el de Constantino y la Iglesia romana: en la Edad media se creaban pergaminos con piel de cordero neonato que al ser un elemento vivo se podía rasgar y permitía así rescribir encima. Se creó a este respecto un documento que aseguraba que Constantino le había cedido el poder a la Iglesia romana, pero este documento era falso ya que había sido rasgado para añadir un privilegio a la Iglesia. La crítica externa es responsabilidad de los Paleografía y la Diplomática. En Francia, por ejemplo existe un tipo de fuentes, los polípticos, que datan del siglo XI y son inventarios de los bienes de la Iglesia. España actualmente no posee ninguno. La crítica interna es responsabilidad del historiador. La búsqueda de la mentira, el error y la falsificación es un estudio historiográfico y del contexto histórico, cotejado con fuentes de la misma época.
FUENTES ESCRITAS
• DocumentalesHistóricas: Anales, Crónicas, Historias…
Jurídicas: Permiten conocer aspectos de la sociedad [Leyes y Códigos: Ley sálica (prohíbe el acceso al trono de las mujeres) /Capitulares: Ley jurídica carolingia. Capítulo de una orden]
Actas conciliares: Concilios (reuniones de obispos en las que se acuerdan normas que recogen las disposiciones de la Iglesia). Por ejemplo, el Concilio de Toledo.
Reglas monásticas: San Fructuoso, San Benito (fundamento: “ora et labora”, es decir, cuándo y cuántas veces hay que orar, las veces que se ha de comer y los alimentos que se han de tomar).
Administrativas: polípticos, censos, cartularios… los cartularios (de carta) eran documentos que se guardaban en los monasterios y aparecían en las compraventas (normas del rey).
Narrativas: literarias, cantares de gesta, drama, poesía, sagas, vidas de santos…
De pensamiento: tratados filosóficos, teológicos.
De religión: libros litúrgicos, penitenciales, sermones, místicos, colecciones de milagros.
Pedagógicas: manuscritos de medicina, de pediatría, de higiene, de caza, cocina, de buenas maneras, de formación profesional, composiciones musicales.
FUENTES NO ESCRITAS
Arqueológicas: permiten conocer dónde estaban situadas las poblaciones, su modo de vida y la causa de su muerte (poblados, necrópolis, cerámica, útiles, objetos funerarios, mobiliario, armas, tejidos, vestidos, tocados, tapicerías…) Las necrópolis son cementerios de gran extensión que nos permiten conocer a través de los objetos funerarios cómo vivían sus habitantes y las causas de sus muertes (mortalidad de las mujeres en los partos, las enfermedades por carencia de alimentación o higiene, signos de una sociedad violenta…).
Arquitectónicas: civil y religiosa (iglesias, castillos, torres).
Numismáticas: monedas y medallas.
Escultóricas: artes figurativas.
Pictóricas: miniaturas, grabados.
Sigilográficas: sellos.
Heráldicas: escudos.
Toponímicas: nombres de lugares.
Antroponímicas: nombres de personas.
III
LA TRASCENDENCIA DE LA EDAD MEDIA
No hablamos sólo del legado medieval en cuanto restos materiales como iglesias románicas, góticas, torreones y castillos, sino en cuanto a su estructura de poblamiento y red de comunicaciones o el idioma en que nos expresamos muchos europeos (lenguas romances, la lengua castellana). Estructuras, también, mentales, aún vigentes en la actualidad: la forma de nombrarnos (el nombre y el apellido); la religión cristiana (el sentido del pecado, el Purgatorio, el concepto de pareja, el amor conyugal y la familia nuclear). Por otro lado, se dio una expansión agraria sin precedentes, se obtuvo el dominio de la máquina (el molino, la fragua) o el dominio del espacio natural y hasta el dominio del tiempo (iglesias y relojes). Ya en el siglo XIV, la aparición de Europa y la creación de los Estados nacionales; el uso de los cubiertos o la costumbre de utilizar el pañuelo para secarse las lágrimas o sonarse. La polifonía y el canto gregoriano llenaron las iglesias, se llevó a cabo la organización del trabajo (cofradías, gremios); asistimos al nacimiento de la aldea alrededor de la parroquia y al alumbramiento, también, de la Universidad y del profesorado de formación humanística. Se da el desarrollo de las ciudades, la proliferación de tabernas, los juegos de mesa (ajedrez), mientras continúan los torneos y las fiestas de caballería. Finalmente, la higiene urbana hace su aparición (fundamentos de sanidad pública).
El gran monasterio cisterciense, el templo románico, la catedral gótica, la iglesia visigoda, la basílica bizantina, la mezquita abbasí, el templo khmer, el palacio nazarí, el edificio gótico de una lonja, de un ayuntamiento, de un hospital, la procesión religiosa o cívica, la gran mayoría de festejos populares: todo ello nos habla de una época lejana en el tiempo pero próxima en el vivir cotidiano. La gran riqueza artística que la Edad Media elaboró y que en gran parte se ha conservado hasta hoy, forma parte de nuestra estética y de nuestro mundo cultural. A ello hay que añadir la gran elaboración filosófica, científica e institucional, que en muchos casos fue el eslabón que unió la cultura clásica y la época del Renacimiento, y sin cuya existencia hubiese sido del todo imposible la fiebre expansionista en todos los campos de la segunda mitad del siglo XV, y que tuvo su preludio en la gran revolución comercial e institucional de los siglos precedentes.
El enfrentamiento de concepciones religiosas antagónicas fue causa de numerosas guerras, pero también, al ver que no se podían aniquilar, dio origen a centros en donde cohabitaron divesas culturas y religiones en una muestra de respetuosa y forzada convivencia. Así la Toledo de las tres culturas, o la corte de Federico II en Palermo, e infinidad de pequeñas ciudades y cortes en donde la convivencia fue norma obligada, impuesta al menos por la impotencia de eliminar al adversario. Esta porosidad cultural se plasmará en la vida intelectual del occidente medieval, y más concretamente en la creación de la institución universitaria, donde el latín era la lengua común para miles de estudiantes y profesores de toda una serie de reinos y pequeños territorios de más de media Europa. Mientras las escuelas de traductores o los scriptoria monásticos se convirtieron en los depositarios y transmisores de una cultura que se reestructuró a partir de finales del siglo XII en los Studia Generalia o universidades. La Edad Media es, desde el punto de vista cronológico, un invento de los historiadores del siglo XVII, pero el milenio que va desde el siglo V al XV es una densa época que se inicia con la crisis y descomposición del Imperio romano y que finalizará con la desaparición de la parte oriental de dicho Imperio, que también de modo totalmente inadecuado denominamos Imperio bizantino. Mil años densos y apasionantes, no más vacíos y crueles que otras épocas precedentes o posteriores, pero que a pesar de todo nos dejaron una serie de obras de arte, de pensamiento e instituciones como la Universidad, el Parlamento, la Banca y un largo etcétera. Tanto influyó la época medieval, que muchos pueblos, sobre todo los que tuvieron su imperio en dichos tiempos, no dejan de suspirar por un retorno al pasado, pasado que ellos entienden como su momento de mayor esplendor. El integrismo islámico, el fanatismo religioso, los sueños nacionalistas de muchos pueblos son fruto del legado de la Edad Media, que en este caso no se mira con desprecio de época bárbara, sino como espejo que se quiere repristinar, olvidándose que aquel apogeo, como cualquier otro apogeo, incluido el de hoy, fue frágil y condujo a las soluciones que hoy se pretende soslayar o por lo menos olvidar.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA
ÁLVAREZ PALENZUELA, V. A. (coord.): Historia Universal de la Edad Media. Barcelona: Ariel, 2002. Desde las invasiones bárbaras hasta la monarquía de los Reyes Católicos, un amplio recorrido por la Alta y Baja Edad media española no sólo en sus aspectos políticos, sino también económicos, culturales, espirituales e ideológicos. A la caída de los grandes imperios, grandes religiones de carácter ecuménico, que trascienden el nacionalismo de los primitivos cultos y se transforman en motores de la civilización eurasiática: el cristianismo, el islamismo, el hinduismo y el budismo majaiana. En su torno se aglutinan una nueva serie de civilizaciones, desde Irlanda en el extremo occidental, hasta Japón en el oriental. El mundo cristiano, después de sucumbir a las invasiones germánicas, se divide en dos ramas: el Imperio bizantino al este, y el mundo feudal al oeste. De esta manera, Europa vivió la llamada Edad Media. Todo esto ocurrió en el paso de los siglos IV a VII. La actividad del profeta Mahoma, quien predicó entre 610 y 632, galvanizó a las tribus de la península arábiga, quienes se lanzaron a una serie de campañas militares que duraron ininterrumpidamente durante más de un siglo (desde la conquista de La Meca en 630 hasta la Batalla del Río Tallas en 751). Se construyeron así un gran imperio, el Califato Omeya (661-750), que abarcó desde el Asia Central hasta España. Bajo el dominio árabe, muchas culturas, tales como la bizantina, la persa y la griega, se mezclaron y, durante el período del Califato Abasida (750-1258), el Medio Oriente vivió una gran época de esplendor. Después de que los abasidas entraran en decadencia, con la irrupción de los selyúcidas (siglo X), la religión musulmana siguió extendiéndose hacia regiones aún más alejadas, incluyendo el África Central o Indonesia, al tiempo que su cultura alcanzó incluso hasta la Europa cristiana.
CABRERA, E.: Historia de Bizancio. Barcelona: Ariel, 1998. 320 pp. El término Bizancio corresponde al siglo XVI y designaba la parte oriental del antiguo Imperio Romano. La historia del Imperio se puededividir en cinco etapas: la época protobizantina (s.IV-VII), el repliegue de bizancio (610-842), el apogeo (842-1056,) el declive (1056-1261) y la lenta agonía de Bizancio (1261-1453).Este manual imprescindible aborda todas y cada una de las etapas, desde su auge hasta su caída ocho siglos más tarde, e incide en los ámbitos que dieron forma al imperio; geografía, sociedad, política y religión… Los alumnos universitarios españoles que se enfrentan con el estudio de la Historia de Bizancio suelen encontrar serias dificultades para acceder a un conocimiento verdaderamente profundo de la materia. Ello es una consecuencia de la excesiva tendencia eurocéntrica que acostumbran a tener nuestros libros básicos de Historia Medieval, los cuales se suelen contentar con dedicarle escasas páginas y contemplar las civilizaciones surgidas en el Próximo Oriente como áreas periféricas de lo que aparece casi siempre como epicentro, es decir, el continente europeo y, en concreto, la parte central del mismo. Tal situación es, en gran medida, una consecuencia, por un lado, de la dificultad que muchas veces encierra integrar en un todo fácilmente comprensible los procesos históricos, a menudo divergentes, que suele presentar la civilización europea y otros ámbitos de poder que, como Bizancio y el Islam, tanto influyeron, no obstante, en ella a lo largo de toda la Edad Media… [+info]
CLARAMUNT, S.; PORTELA, E.; GONZÁLEZ, M. y MITRE, E.: Historia de la Edad Media. Barcelona: Ariel, 1992 (1ª ed.), 1995 (2ª ed.), 1997 (1ª reimp.). 384 pp. El presente manual de Historia medieval pretende introducir al estudiante universitario de primeros cursos en el conocimiento de los principales acontecimientos que se produjeron a lo largo del milenio que se ha dado en llamar del todo impropiamente “Edad Media”. Los cuatro autores de esta obra se han propuesto resumir en cuarenta y tres temas los más diversos pero esenciales aspectos de los tiempos medievales para que, una vez asimilados, el estudiante sepa situar en el tiempo y en el espacio unos acontecimientos necesarios para la formación de su bagaje cultural o para una posible profundización en el futuro de los temas que más le interesen. Índice: Palabras previas, Tema 1. La Edad Media por Manuel González: El concepto de “Edad Media”, Los límites espaciales de la Edad Media, Los límites cronológicos de la Edad Media, Bibliografía básica. Tema 2. Descomposición del orden romano (siglo IV). El Cristianismo por Emilio Mitre: El Imperio de Constantino y su herencia: las reformas internas y sus limitaciones, El Cristianismo ante la cultura antigua: tensiones, acomodación y relevo, Ortodoxia y herejía: la crisis arriana, Las herejías características del Occidente, San Agustín: de la cultura antigua a la medieval en Occidente, Bibliografía básica. Tema 3. Los primeros reinos germánicos siglos V-VIII por Emilio Mitre: Los contactos entre Roma y los Germanos hasta finales del siglo IV, Las migraciones del siglo V y el fin del Imperio en Occidente, Las nuevas monarquías germánicas y sus fundamentos políticos, África: el reino vándalo y la reconquista bizantina, Italia: Estados bárbaros, papa y bizantinos, La Galia: de la presencia visigoda al dominio franco, Hispania y la unidad política visigoda, Britania y la heptarquía anglosajona, Bibliografía básica. Tema 4. Nacimiento y primer esplendor del Imperio Bizantino: De Constantino a Justiniano (330-565). La Dinastía Heráclida por Salvador Claramunt. Tema 5. El pontificado y las manifestaciones de la espiritualidad en Occidente. Génesis del Monacato por Emilio Mitre [+info]
DONADO VARA, J., y ECHEVARRÍA ARSUAGA, A.: La Edad Media, siglos V-XII. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A., 2009. 335 pp. El objetivo es adquirir un conocimiento global lo más completo posible de lo acontecido en los siglos medievales, en sus aspectos políticos, sociales, económicos, religiosos y culturales. Cada tema comienza con un guión-esquema y una introducción que hace referencia a las dificultades que el lector puede encontrar en el estudio del tema en particular. Los contenidos comienzan con un planteamiento político y cronológico, seguido de epígrafes dedicados a la historia social, económica y religiosa. Cada tema de las Unidades didácticas realizadas por el equipo docente se estructura en una serie de grandes epígrafes de contenidos, subdivididos a su vez en apartados, y varias secciones con un fin didáctico. En primer lugar, el alumno encontrará un Guión-esquema y una Introducción que hace referencia a las dificultades que puede encontrar en el estudio del tema en particular. Los contenidos comienzan con un planteamiento político y cronológico, seguido de epígrafes dedicados a la historia social, económica y religiosa. En algunos casos, se ha optado por dedicar un tema completo a dichos contenidos socioeconómicos y religiosos, en cuyo caso puede seguir una división temática o cronológica, tal como se detalla en el Programa de la asignatura.
GARCÍA DE CORTÁZAR, J. A. y SESMA MUÑOZ, J. A.: Historia de la Edad Media. Una síntesis interpretativa. Madrid: Alianza, 2008. 580 pp. Los dos autores, José Ángel García de Cortázar y José Ángel Sesma Muñoz, catedráticos de Historia Medieval, respectivamente, en las universidades de Cantabria y Zaragoza, que, en 1997, nos ofrecieron su Historia de la Edad Media. Una síntesis interpretativa, presentan ahora su Manual de Historia Medieval. Con la misma estructura de la obra publicada hace diez años, los autores han reducido sus contenidos informativos para dar entrada a documentos de época y ampliar el aparato cartográfico. De esa forma, el volumen, que sigue incluyendo tanto un Glosario como una Cronología y un Índice analítico, continúa revisando el papel jugado entre los siglos V y XV por las tres áreas de civilización, Bizancio, Islam y Europa y ofrece, en su nuevo formato, un instrumento que, sin duda, se acomoda a las exigencias de los nuevos planes de estudio previstos por las directrices de la convergencia universitaria europea… Manual de síntesis que, partiendo de la fragmentación de la civilización mediterránea antigua en tres grandes áreas económicas y culturales, recorre los siglos medievales prestando una atención preferente al estudio de las células básicas de convivencia y encuadramiento social, así como los ciclos de vida individuales.
LE GOFF, J. y SCHMIDT, J. C.: Diccionario razonado del Occidente medieval. Madrid: Akal, 2003. A lo largo de sus ochenta artículos, el presente libro, en el que han colaborado los principales medievalistas del panorama internacional, desvela los caracteres originales de la civilización europea de esta época. Los temas que reúne, y cuyas relaciones se ha intentando esclarecer, se consideran fundamentales para comprender la Edad Media en todos sus aspectos materiales, sociales o simbólicos. Un diccionario que no sólo ha renovado la comprensión de cuestiones tan fundamentales como el «feudalismo», la «caballería» o el «amor cortés», sino que, además, ha explorado materias tan poco estudiadas como el «Más allá», el «pecado», la «naturaleza», la «caza», las «calamidades», el «individuo» o la «sexualidad». El diccionario pretende ser un diccionario razonado. Los temas que reúne, y cuyas relaciones se han intentando esclarecer, se consideran fundamentales para comprender la Edad Med ia en todos sus aspectos materiales, sociales o simbólicos. A través de ellos se espera introducir al lector en las experiencias, los debates y en las orientaciones actuales de la investigación.
MAÍLLO, F.: Vocabulario de historia árabe e islámica. Madrid: Akal, 1999. De las grandes civilizaciones actuales, el islam es, junto con la occidental y la oriental, una de las más importantes de la humanidad. Su impronta resulta particularmente profunda en la cultura hispana, habiendo condicionado hasta el presente la personalidad colectiva de los pueblos peninsulares. Ahora bien, comprender el hecho islámico exige un considerable esfuerzo de captación –ya que se trata de una civilización que, siendo complementaria de la nuestra, es muy distinta–; por eso, para no caer en tergiversaciones y distorsiones de todo tipo, o tener visiones sesgadas acerca del islam, éste debe ser aprendido con conceptos que le son propios, con la ayuda de un léxico de naturaleza específica. Esta incuestionable necesidad resulta más acuciante para los estudiantes de Historia, habida cuenta que éstos, en sus estudios, deben abordar categorías de pensamiento que traducen sistemas conceptuales diferentes; por eso, considerando que toda disciplina exige su vocabulario técnico y atendiendo a esa necesidad, se ha publicado este repertorio que reúne un material básico de términos relativos o nociones muy variadas, como son las categorías sociales, las costumbres, la religión, la política, la jurisprudencia, la tierra, la economía, la técnica, el arte, etc.
OTRAS REFERENCIAS INTERESANTES
KAPLAN, M. (dir.): Edad Media, siglos IV-X. Universidad de Granada, 2004. 450 pp. La historia tiene un verdadero atractivo para los estudiantes. Tal evidencia supone para los docentes universitarios la responsabilidad de conducir al éxito a quienes han escogido su disciplina. Para ello se ha realizado este manual, que pretende introducir al alumno en los principales hitos de desarrollo histórico que marcan el periodo medieval, entre los siglos IV-X. Comprender asimismo cómo desde un tronco común, el sistema Imperial, surgieron dos formaciones sociales diferentes: el ”Occidente bárbaro” y el Imperio Bizantino. Analiza, además, el nacimiento de una nueva entidad histórica aparecida con el tiempo, el Islam, la cual nacía al margen de la evolución que se estaba produciendo en Europa occidental. Marca también las grades líneas de desarrollo evolutivo del periodo, centrándose en la fase de transición de la Antigüedad al Feudalismo, vertebradas por un tratamiento central y protagonista de las características y evolución de la sociedad feudal. Es un estudio a nivel universal de la evolución política, social, económica, religiosa y cultural de la Edad Media, con especial relevancia en el ámbito mediterráneo y europeo; así como un estudio de la Historia Medieval de España en sus contenidos económicos, demográficos, sociales, políticos, religiosos y culturales. (vid. Edad Media, siglos XI-XV. Granada: Universidad de Granada, 2005. 398 pp.)
LADERO QUESADA, M. A.: Historia Universal. Edad Media. Barcelona: Vicens Vives, 1987 (1ª ed.), 1992 (2ª ed.), 1997, (3ª reimp.) La Historia Universal aporta a la bibliografía histórica española una obra de síntesis, actual, de carácter universal, en la que son presentadas las grandes líneas maestras de la evolución histórica, de acuerdo con las técnicas y métodos actuales de la investigación. No debe confundirse, pues, con un resumen o un manual de texto. El esfuerzo editorial que ha significado su publicación representa el reconocimiento de la madurez de la historiografía española. El presente volumen ofrece una completa síntesis histórica de la Edad Media, en la que se plantean, con claridad y rigor, los principales hitos que marcan el devenir histórico europeo en los ámbitos político, social, económico y religioso. Finalmente, la unión de los Reyes Católicos y su compleja política matrimonial permitió, en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, la construcción de una Monarquía Hispánica cuya naturaleza y niveles de integración es, en sí mismo, otro problema historiográfico. Simultáneamente se desarrollaba la Era de los Descubrimientos, cuyo primer beneficiario fue Portugal, que para esa época podía ser vista como la primera monarquía autoritaria de Europa occidental en constituir un Estado moderno (o nación-Estado), condición que se disputa con la propia España (de cuyo destino común no se separó hasta 1640) y los reinos de Inglaterra y Francia.
LÓPEZ PITA, P. y LADERO QUESADA, M. F.: Introducción a la historia del Occidente Medieval. Madrid: Fundación Ramón Areces, 2009. El objetivo fundamental de esta obra, en el marco cronológico de la época medieval y en el espacial del Occidente europeo, es el de contribuir a facilitar la formación básica como historiador, a través de la adquisición de conocimientos disciplinares fundamentales -la conciencia crítica de las coordenada espaciales y temporales-, como en el ámbito de las competencias profesionales. Este libro está pensado para la asignatura de Historia Medieval que se imparte en el primer curso del Grado de Historia. Plantea una forma alternativa de adquisición de los conocimientos. Su finalidad es intentar adecuarse a las sucesivas fases del proceso de aprendizaje del estudiante, incluyendo instrucciones y fuentes de información complementarias que faciliten su tarea. Dadas las limitaciones de tiempo y carga de trabajo que el plan de estudio asigna a esta asignatura, el equipo docente ha optado por centrar el temario en la evolución histórica de la Europa occidental.
DICCIONARIOS Y ATLAS
KINDER, H. et al.: Atlas histórico mundial: de los orígenes a nuestros días. Madrid: Akal, 2007. Una nueva fórmula para comprender la historia a través de su de su desarrollo político, social, económico, bélico y cultural. Las claves de este desarrollo se encuentran en todo momento contrastadas con su nuevo marco geográfico gracias a un abundante material (mapas a todo color, planos, diagramas, etc.) que hace posible la fácil síntesis de los datos ordenados cronológicamente en el texto. Con más de veinte ediciones corregidas y aumentadas al hilo de los nuevos acontecimientos, el atlas histórico de Hermann Kinder, Werner Hilgemann y Manfred Hergt sigue siendo, hoy en día, la mejor y más completa herramienta de trabajo para el estudiante o el profesional de las humanidades. Enriquecida con numerosas ampliaciones relativas a la historia de la Península Ibérica y del continente americano, la presente edición está revisada y aumentada hasta el año 2005. Aunque desde mediados del siglo XVI es frecuente mostrar al titán Atlas en los atlas cartográficos, no fue a éste sino al rey libio a quien el geógrafo Gerardo Mercator rindió tributo cuando usó por primera vez el nombre «atlas» para describir un libro de mapas, al incluir una representación suya en la página-título de su libro Atlas, Sive Cosmographicae Meditationes De Fabrica Mundi… (publicado póstumamente en 1595).
ECHEVARRÍA, A. Y RODRIGUEZ, J.M.: Atlas histórico de la Edad Media. Madrid: Editorial universitaria Ramón Areces, 2010. 425 pp. El Atlas histórico de la Edad Media es una herramienta de trabajo y de conocimiento para estudiantes de Historia y para el publico en general interesado en este periodo. Por ello, se ha intentado dar prioridad a los temas de historia social, económica y de las mentalidades -sin dejar de lado el marco geopolítico-, relacionándolos con personajes y hechos mas o menos conocidos para el lector a través de la literatura y los medios de comunicación actuales. El marco cronológico que abarca este atlas comprende aproximadamente desde el ano 400 de Nuestra Era hasta 1492. El atlas se estructura en tres partes, que corresponden a tres épocas: Alta, Plena y Baja Edad Media, además de un capitulo inicial dedicado a las formas de representar el tiempo y el espacio en la Edad Media, tan distintas a las actuales. Al final de cada parte se ha introducido un capitulo dedicado a la Península Ibérica, aunque se ha procurado hacer también especial mención a ella en los temas generales. Al final del libro se ofrece un glosario de términos y un apéndice sobre el “Cine dedicado a la época medieval”, que consideramos útil para ver de forma gráfica lo explicado en el libro, y la interpretación que han ido teniendo los distintos temas en la mentalidad colectiva del último siglo.
MACKAY, A. y DITCHBURN, D.: Atlas de Europa medieval. Madrid: UNED-Cátedra, 2009. Este atlas cubre el período que se extiende desde la caída del Imperio romano hasta los inicios del Renacimiento, abarcando desde la costa atlántica hasta las estepas rusas. Cada mapa muestra por separado un acontecimiento o serie de acontecimientos de la historia medieval y los comentarios lo sitúan en su más amplio contexto. Los mapas ofrecen una vívida representación del desarrollo de las naciones, pueblos y estructuras sociales. Además de trazar acontecimientos políticos y militares, ilustran la fluctuación de las fronteras y los modelos de asentamiento. Muestran los territorios y las fronteras del cristianismo, el desarrollo de creencias y prácticas religiosas, así como las cruzadas, pogromos y persecuciones que tuvieron lugar en el continente. Los mapas individuales ofrecen una visión detallada sobre una variedad de temas clave como lenguas y literatura; el desarrollo del comercio, el arte y la arquitectura; y las grandes ciudades y vida de personajes históricos. Esta nueva edición contiene más de cuarenta mapas que se ocupan de toda una variedad de temas incluyendo la Gran Moravia, el cambio medioambiental, los viajes y correspondencia de Froissart y de aquellos que viajaron a Oriente, y el trazado de los grandes castillos y palacios. También se ofrece una minuciosa cobertura de zonas como Portugal, Polonia, Escandinavia e Irlanda. El «Atlas de Europa medieval» hace cobrar vida a la compleja y rica historia de la Edad Media. Con más de 180 mapas, comentarios especializados y una extensa bibliografía, constituye la guía de referencia esencial sobre la Europa medieval.
MONOGRAFÍAS GENERALES
FOSSIER, R.: La Edad Media. Barcelona: Crítica, 1988. 3 vols. La Edad Media que esta obra nos descubre no es el milenio de violencia y desorden de nuestros libros de texto, sino la época en que el hombre europeo aprendió a dominar su espacio, domesticó la naturaleza y se adueñó del tiempo y de la maquina; la época ante todo, del nacimiento de Europa. Obra en tres tomos: 
1.- La formación de mundo medieval 330-950
2.- El despertar de Europa 950-1250
3.- El tiempo de las crisis 1250-1520 
Robert Fossier (1927 – 2012) fue un historiador francés dedicado a la Edad Media y uno de los medievalistas más importantes del siglo XX. Muy infuido por la Escuela de los Annales, pero sin alcanzar tanta fama como Georges Duby y Jacques Le Goff, amplío el conocimiento de la Edad Media en los campos de la historia social y económica. Fue uno de los difusores de la teoría del incastellamento junto con Pierre Toubert. Contribuyó a desmitificar muchos conceptos que se tenían sobre este período histórico. En una de sus entrevistas declaró “estoy convencido de que los hombres de la Edad Media somos nosotros”. Recientemente se publicó “Gente de la Edad Media” (Taurus, 2007).
LITTLE, L. K. y ROSENWEIN, B.: La Edad Media a debate. Madrid: Akal, 2003. Este libro, divido en cuatro grandes bloques temáticos -El destino de las provincias occidentales del Imperio romano, El feudalismo y sus alternativas, Género, y Religión y sociedad-, recoge algunos de los trabajos más originales, polémicos e influyentes de los últimos años en el campo de la historia medieval. Escritos por destacados especialistas en la materia, como Walter Pohl, Pierre Bonnassie, Gerd Althoff, Christiane Klapisch-Zuber o R. I. Moore, se acompañan de una introducción de los editores en la que se analiza el sentido de cada tema y la historia de su interpretación.


OBRAS ESPECÍFICAS DE CONSULTA
Bonnasie, Pierre: Vocabulario básico de la historia medieval. Barcelona: Crítica, 1984.
Fatás Cabeza, Guillermo: Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Madrid: Alianza, 1997.
Fédou, René: Léxico histórico de la Edad Media. Madrid: Taurus, 1990.
García de Valdeavellano, Luis: Curso de historia de las instituciones españolas: de los orígenes al final de la Edad Media. Madrid: Alianza Universidad. Textos, 1984 (7ª ed.).
Glick, Th.; Livesey, S. J. y F. Wallis (eds.): Medieval Science, Technology and Medicine. An Encyclopedia. Nueva York-Londres: Routledge, 2005.
Le Goff, Jacques: Diccionario razonado del Occidente medieval. Tres Cantos (Madrid): Akal, 2003.
Loyn, H. R.: Diccionario Akal de Historia Medieval. Madrid: Akal, 1998.
Vauchez, André: Dictionnaire encyclopédique du Moyen Age. Paris: Editions du Cerf, 1997.
Claramunt, S.; Riu, M.; Torres, C. y Trepat, C.: Atlas de Historia Medieval. Barcelona: Aymard, 1980.
Duby, G.: Atlas histórico. Madrid: Debate, 1997, (1ª ed. 1989).
Echevarria, A. y Rodríguez, J. M.: Atlas histórico de la Edad Media. Madrid: Acento, 2003.
Kinder, H. y Hilgemann, W.: Atlas histórico mundial. I. De los orígenes a la Revolución francesa. Madrid: Istmo, 1996, (18ª ed.), 1983 (1ª ed.).
Mackay, A. y Ditchburn, D.: Atlas de Europa medieval. Madrid: Cátedra, 1999. Nueva edición corregida y ampliada en 2011
Mestre Campí, Jesús: Atlas de los cátaros. Barcelona: Península, 1997.
Atlas de la Reconquista. Barcelona: Península, 1998.
Sellier, J. y A.: Atlas de los pueblos de Oriente. Oriente Medio. Cáucaso. Asia Central. Madrid: Acento, 1997.
VV. AA.: Atlas histórico de España. Madrid: Istmo, 2000. 2 vols.
ANTOLOGÍAS DOCUMENTALES
Falcón, I. et alii: Antología de textos y documentos de Edad Media. I El Occidente europeo. Valencia: Anubar, 1976
Mitre Fernández, E.: Textos y documentos de época medieval (análisis y comentario). Barcelona: Ariel, 1992.
Iglesia y vida religiosa en la Edad Media. Madrid: Istmo, 1991.
Rabanal, M. A. y Lara Peinado, F.: Comentario de textos históricos. Madrid: Cátedra, 1997.
Riu, M. et al.: Textos comentados de época medieval (ss. V al XII). Barcelona: Teide, 1975 (1ª ed.), 1982 (2ª ed.).