Géneros literarios: la novela

El auge de la novela en los siglos que van del XIX al XXI ha sido tal, y sus variantes tan dispares, que resulta difícil dar una definición rigurosa. Suele entenderse por novela una narración extensa en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto cuyo desarrollo se resuelve de una manera positiva o negativa. Es un relato largo, aunque de extensión variable, con un argumento mucho más desarrollado que el de un cuento. Al lector, además, le importa no sólo lo que les ocurre a los personajes, sino también lo que piensan y sienten, cómo evolucionan espiritualmente y cómo influye en ellos el entorno o la sociedad donde viven. Su estructura varía mucho pero, por el tono que mantiene la obra, se puede hablar de novela de aventuras, autobiográfica, biográfica, caballeresca, costumbrista…
La novela es una narración en la cual se entrelazan varias historias que se relacionan entre si. Presenta situaciones reales o ficticias objetivadas por medio de los personajes, quienes dan vida a los conflictos que fundamentan la novela. El termino novela proviene del italiano novella (noticia o historia), que a su vez procede del latín novellus que deriva de noves (nuevo). La novela posee unas características propias que la definen, aunque sea a grandes rasgos:
1. Crea su propio mundo narrativo, presentando una realidad imaginaria, que no necesariamente coincide con lo real. Dicho mundo ficticio debe ser verosímil en la medida en que todos y cada uno de los elementos que lo componen concuerdan perfectamente entre si. Es un producto que parte de la creación individual de un autor, el cual alimenta su fantasía de la realidad que lo rodea, pero siempre trata de presentar las cosas tal como quiere que sean, manejando diferentes posibilidades de transformar la realidad: de manera individual, de manera social y de manera cultural.
2. Se opone a la Historia, ya que ésta exige que los hechos que se registran sean reales y hayan sido comprobados. Mientras que en la novela sabemos que todo es recreado. 
3. Posee una fuerte carga connotativa, es decir, que vamos a interpretar cada situación no con su significado real, sino con un significado figurado. Las situaciones o las palabras que integran el texto de una novela tienen un significado en si mismas y otro significado al combinarse, o incluso significados ocultos entre líneas que el lector debe descubrir. 
4. Maneja varias historias simultaneas tal como sucede en la vida real. Las anécdotas que la forman no se dan de manera aislada sino integrada a un todo que es el mundo de la novela. Un personaje puede establecer historias entre otros que, a su vez, nos cuentan las suyas. 
5. Posee muchos personajes, a diferencia del cuento que maneja únicamente un protagonista y un antagonista. En la novela podemos tener varios de cada uno o incluso varios protagonistas y un solo antagonista que serán descritos en su plano físico y psicológico. Dicha descripción puede combinar ambas para dar mayor realce a las ideas que quiere expresar el autor de su personaje. 
6. Combina la narración con la descripción y el dialogo. En ella se relatan una serie de acontecimientos que se van enlazando hasta crear una historia lógica que siga una línea cronológica, tal como sucede en la vida real.
Las clasificaciones por género tienen más detractores que simpatizantes. No obstante, ofrecemos una lista que en modo alguno podría aspirar a convertirse en canon, pero explica ciertas pautas que siguen las obras dentro del género.
Novela de aventuras es aquella que utiliza la época pasada como una mera ambientación para desarrollar las aventuras del personaje principal —que es realmente lo que le da peso e interés a la obra. La novela de aventuras es un subgénero dentro de la novela, quizá uno de los más ambiguos en tanto que sus límites, como sucede (nos guste o no) con todos los géneros, resultan confusos. Esto es debido, principalmente, a que la novela de aventuras actuó como génesis para otros subdivisiones como pueden ser la novela históricade capa y espada, la ciencia-ficción, la novela social o la gótica. Los antecedentes se encuentran, en su mayor parte, en el siglo XIX, en el que se produjeron numerosas innovaciones en la novela épica clásica que servirían de base para el surgimiento de nuevos subgéneros posteriormente. Así, Walter Scott sienta el precedente para la novela histórica con obras como WaverleyIvanhoe o Rob Roy; lo mismo hace Alejandro Dumas con Los tres mosqueteros para la novela de capa y espadaJulio Verne con obras como De la Tierra a la LunaVeinte mil leguas de viaje submarino o Viaje al centro de la Tierra presenta lo que será la novela de ciencia-ficciónCharles Dickens introduce la novela social con David Copperfield y Oliver Twist, al igual que Harriet Beecher Stowe con La cabaña del tío Tom. Por su parte, Edgar Allan Poe pone las bases para la novela gótica con su obra La narración de Arthur Gordon Pym (su única novela, pues el resto fueron relatos).
Probablemente la definición de novela de aventuras deba hacerse en la actualidad más por contraste que en sí misma, es decir, buscando los puntos de diferenciación con los otros subgéneros a los que puede ser vinculada. Por ejemplo, según la definición de la RAE, la novela histórica es la que desarrolla su acción en épocas pasadas, con personajes reales o ficticios. Por tanto, una amplia mayoría de las novelas de aventuras podrían considerarse también históricas (El conde de MontecristoLa isla del tesoroEl corsario negroEl último mohicanoRobin HoodLas cuatro plumasMoby DickEl capitán Alatriste…). Sin embargo, la novela de aventuras utiliza la época pasada como una mera ambientación para desarrollar las aventuras del personaje principal —que es realmente lo que le da peso e interés a la obra—, a diferencia de la novela histórica, que se sujeta férreamente a los acontecimientos históricos. Dicho de otro modo, en la novela de aventuras no suele primar tanto la recreación de una época como las aventuras del protagonista. No obstante, al no ser éste un valor cuantificable, en ciertos casos la clasificación en uno u otro subgénero resulta compleja, y suele entonces tenderse a clasificar en novela de aventuras a aquellas que son aptas para la lectura infantil o juvenil. Lo mismo que con la novela histórica, sucede con la novela social.
Otro punto de contraste necesario es también el referente a las novelas de fantasía de ciencia-ficción, puesto que las de aventuras en ocasiones también incorporan elementos fantásticos o imaginarios. No obstante, cuando en las novelas de aventuras se introducen estos elementos, se acostumbra a buscar un contexto en el mundo real, localizable en un mapa terráqueo (El mundo perdidoCongoLa ciudad de las bestias…), se recurre a los mitos y leyendas existentes (El buque fantasmaEl rey Arturo y sus caballeros…), o bien se muestran como resultado de investigaciones científicas (Parque JurásicoVeinte mil leguas de viaje submarinoDe la Tierra a la LunaViaje al centro de la Tierra…) por lo que sería más apropiado hablar en ocasiones de realismo mágico que de fantasía o de ciencia-ficción. En cambio, en los otros dos subgéneros, con especial incidencia en el fantástico, la narración busca precisamente lo contrario: alejarse de la realidad para introducir al lector en mundos, personajes o ambientes ficticios e imaginarios, generalmente ya desde el inicio de la historia.
Novela Biográfica: es la historia de la vida de una persona, el autor quiere recuperar la verdad, quitar al mito sus ropajes de artificio para saber qué ser humano vivió debajo. La biografía, según la define el diccionario de la RAE., es la historia de la vida de una persona. La persona que desempeña la labor de contarla es el biógrafo, oficio éste que se asemeja a una labor detectivesca, pues el autor quiere recuperar la verdad, quitar al mito sus ropajes de artificio para saber qué ser humano vivió debajo. El biógrafo también ejerce de historiador, pues debe relacionar la vida de la persona con el entorno en que vivió, ya que sólo así podremos llegar a entenderla. Existen dos tipos de biógrafos: el biógrafo-testigo, en el cual el narrador es una persona cercana al personaje protagonista y forma parte, por tanto, de la historia que cuenta, por lo que su mirada es personal y subjetiva; y el biógrafo-investigador, que no presenció los hechos que narra y, por tanto, lo hace de forma objetiva e histórica.
Autobiográfica: narrada en primera persona, por ella misma. La autobiografía está estrechamente relacionada con otros géneros vecinos, como la biografía, las memorias o el diario íntimo, entre otros, de los que, sin embargo, es posible distinguirla teniendo en cuenta determinados rasgos: la autobiografía se diferencia de la biografía por la identidad entre el narrador y el protagonista del relato, que no se da en la primera; se diferencia de las memorias por poner el acento en la vida íntima del narrador, en el desarrollo de su personalidad. Las memorias se caracterizan por centrarse, sobre todo, en los hechos externos de la vida; la diferencia entre la autobiografía y el diario íntimo o epistolario se basa en el hecho de que se trata de un relato retrospectivo, que se construye a partir de la memoria del autor, con un lapso de tiempo importante entre el tiempo de la escritura y el de los hechos narrados. En el caso del diario o carta, la escritura es paralela a los hechos. Se distingue de la novela autobiográfica o novela con forma autobiográfica por la identidad entre el autor material del texto y el narrador, que se da en la autobiografía y no en la novela autobiográfica, que es una obra de ficción que finge ser una autobiografía del protagonista, como sucede con ‘David Copperfield’ de Charles Dickens, o las novelas picarescas como ‘Lazarillo de Tormes’ o ‘Guzmán de Alfarache’.
Novela Caballeresca: o de Caballerías, donde sobreviven los temas y actitudes del Medievo, constituyen uno de los géneros narrativos más sobresalientes del siglo XVI, tanto dentro como fuera de la Península Ibérica. Los libros de caballerías castellanos constituyen uno de los géneros narrativos más trascendentales, por no decir el fundamental, en el momento en que se están poniendo las bases para la invención de la narrativa moderna; un género que hemos de situar muy por encima de otros (aparentemente) más prestigiosos y mejor estudiados como la ficción sentimental, la picaresca, la pastoril o la bizantina. Algo más de setenta obras diferentes y una difusión con éxito desde finales del siglo XV hasta principios del XVII, tanto en el ámbito de la imprenta como en el universo manuscrito, dan fe de ello. Por supuesto, el texto más relevante al respecto es la más conocida obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
Novela Costumbrista: costumbrismo y novela establecen su relación originaria en el siglo XVIII, describe este tipo de género, el ambiente y las costumbres de personajes típicos. En el costumbrismo se ha visto la manifestación decimonónica de una tradición literaria propia del carácter nacional español. El discurso realista de los nuevos géneros literarios, es decir, de la nueva literatura empeñada en representar la sociedad contemporánea, alcanza su condición pragmática en la prensa periódica, como espacio institucional de la intertextualidad. La concepción de mimesis en forma costumbrista va unida al surgimiento y desarrollo del nuevo medio de publicación como técnica editorial innovadora. En España, ya lo hizo observar Larra, al reflexionar sobre la naturaleza de la literatura de costumbres. La disposición del periódico para captar la circunstancia, la verdad relativa de lo transitorio, lo peculiar, la variabilidad de los matices que presenta el punto de vista (nuances fugitives de Mercier en su Tableaux de Paris) se constituye formalmente en literatura de costumbres, creando nuevos modos de lectura. El periódico fomenta hábitos de lectura rápida y transitoria. La naturaleza de la publicación ofrece la posibilidad no sólo de satisfacer la curiosidad sobre los grandes asuntos públicos, sino que permite también aproximar lo que se escribe en el periódico a las circunstancias locales del lector, hablándole de él mismo en su vida corriente con minuciosa fidelidad.
Novela Fantástica: relato de fenómenos sobrenaturales y extraordinarios (lugares inexistentes, magia, hadas…); es el más ficcional de todos los géneros literarios, dado que por definición consiste en volver la espalda a una realidad universalmente aceptada como normal.
– De ciencia-ficción: sitúa la acción en coordenadas espacio-temporales imaginarias. Los géneros ficcionales constituyen un modo de expresión cultural en el que las sociedades plasman sus certezas, inquietudes y maneras de ver el mundo. Más allá de ser soporte y motor de ocio y esparcimiento (función lúdica y esencial de la ficción), ofrecen posibilidades educativas muy valiosas. 
– Gótico: surgió en la literatura inglesa de la segunda mitad del XVIII. Hay que remontarse más atrás para encontrar los primeros relatos de este género. Aunque los expertos encuentran ejemplos mucho más antiguos, el que está considerado generalmente el primer relato de ciencia ficción gótica es Frankenstein, de Mary Shelley (1818). Posteriormente, en los años 30 del siglo XIX, Edgar Allan Poe escribió relatos como La incomparable aventura de un tal Hans Pfaal, que sin duda debe englobarse dentro de la ciencia ficción
– De Terror: tiene el cultivo del miedo y sus emociones asociadas como principal objetivo literario. La novela de terror es un subgénero dentro de la novela, que es a su vez un subgénero de la épica o narrativa. Su principal característica y rasgo distintivo es el cultivo del miedo y sus emociones asociadas como principal objetivo literario. La novela de terror es uno de los formatos habituales en los que se presenta actualmente la nueva literatura de terror gótico, en detrimento del clásico cuento de terror.
Novela Filosófica: obra de ficción en la que parte significativa se dedica a filosofar. La ficción filosófica se refiere a las obras de ficción en donde una parte significativa del trabajo está dedicado a la discusión de problemáticas que suelen abordarse haciendo uso de la filosofía discursiva. Este tipo de obras puede incluir temas como la función y el papel de la sociedadel propósito de la vidala ética o la moralel papel del artesano en la vida humana y de la experiencia o la razón en el desarrollo del conocimiento. Asimismo, a este subgénero pertenecen las llamadas «novelas de ideas», incluyendo una proporción significativa de géneros como la ciencia-ficción, la ficción utópica y distópica y el Bildungsroman. El modus operandi suele hacer uso primeramente de una historia normal hasta entonces, para comenzar luego a explicar las partes difíciles u obscuras de la vida humana a través de una trama que, en no pocas ocasiones, se confunde con la realidad, permitiendo la comparación entre ambos mundos.
Novela Histórica: su propósito es ofrecer una visión verosímil de una época histórica preferiblemente lejana, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias. Este subgénero narrativo es propio del Romanticismo del siglo XIX, pero aún continúa desarrollándose con vitalidad en los dos siglos posteriores. Su argumento está basado, como su nombre lo indica, en hechos o personajes históricos. En este tipo de novelas han de utilizarse hechos verídicos aunque los personajes principales sean inventados. Al contrario que la novela pseudohistórica del siglo XVIII, de fin meramente moralizante, la novela histórica actual exige del autor una gran preparación documental y erudita, ya que de lo contrario ésta pasaría a ser otra cosa, una novela de aventuras. Por otro lado, se llega también a desnaturalizar este tipo de novelas cuando se transforma en historia novelada (en ella los hechos históricos predominan claramente sobre los hechos inventados). Esta clase de texto sirve al autor para convertir la historia en simple pretexto donde exponer sus teorías, de forma que con frecuencia posee un carácter casi ensayístico.
Novela Humorística: supone una reacción creativa y distanciadora frente a lo ortodoxo. Muchos críticos literarios piensan que la única finalidad de las novelas de este subgénero era hacer reír a los lectores, ya que el humor está presente en todas sus páginas y las situaciones disparatadas y cómicas se suceden por doquier, pero no siempre es así. Cuando el humor se utiliza sólo como recurso para mostrar situaciones moralizantes y ejemplificantes guarda íntima relación con la picaresca y nos sitúa entonces en otra clase de textos y, por tanto, en otro subgénero que tiene como personaje central al pícaro y cuya realidad resulta fatal. No obstante, la novela humorística y la novela picaresca poseen lazos comunes aunque existan matices que las diferencien en algunos aspectos. Una de las obras más conocidas dentro de este subgénero literario es Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán y, por supuesto, la archiconocida novela anónima Lazarillo de Tormes.
Novela Intelectual: nos adentra en la peripecia existencial de un personaje con escenario difícil. Como ya advirtiera en su momento el inigualable escritor Francisco Ayala, tal calificativo, en el fondo, implica descalificación, pues todo lo que aspire a una distinción se considera, a día de hoy, antidemocrático. Se denomina novela intelectual a aquella que funciona como invención literaria bien lograda, al mismo tiempo que consiente ser analizada e interpretada como construcción intelectual; y ello, probablemente, porque construcción semejante responde a una visión global de la realidad, y no se limita a sustentar una determinada tesis. La palabra tesis es un vocablo que sirve para distinguir una particular clase de novelas, las llamadas de tesis, que sin duda constituyen una manera específica de novela intelectual. «La novela intelectual es aquella obra en que la individualidad del autor, con su sistema de ideas y su comprensión del universo (individualidad, a lo mejor, tan eminente como la de un Quevedo o un Voltaire), prevalece a los ojos de sus lectores sobre la realidad imaginaria evocada por él, de manera tal, que su obra no llega a adquirir la autonomía necesaria para capturar emocionalmente al destinatario y absorberlo por completo; y así, el elemento de racionalidad -imprescindible, por lo demás, en cualquier obra de arte literaria, como en toda comunicación por medio del lenguaje- domina al producto de la imaginación creadora, en vez de quedar subsumido en su estructura» (Francisco Ayala).
Novela Lírica: textos generalmente en verso, aunque los hay en prosa poética. el concepto y las fronteras de la novela lírica son borrosos, a tal extremo que «cualquier tentativa de fijar uno y otras podría parecer prematura». Con todo, hay alguna que otra certeza. Así, al igual que sucede en el territorio poético, en este género resulta evidente «la presencia de un agente, narrador o personaje, en quien se opera la transformación del objeto percibido; algo así como su exaltación y transfiguración».
OTRA CLASE DE TEXTOS LITERARIOS
La novela pastoril constituye un género propio dentro de la prosa de ficción del Siglo de Oro; en la novela policíaca el principal móvil lo constituye la resolución de un caso por un policía a quien puede ayudar otro personaje de forma voluntaria o no; la novela psicológica se centra en los personajes, que cobran vida mostrando sus miedos; la novela realista es un género específico practicado en España que tuvo su origen en El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. En efecto, la originalidad de la obra cervantina descansa en el hecho de haber descubierto el autor la función de hacer poética la realidad vulgar situándola frente al mito, con el fin de destruirlo al mismo tiempo que lo reabsorbe. El pasado ideal legendario de la épica se derrumba frente a la devastadora presencia de la realidad prosaica cotidiana.
La novela romántica o del Romanticismo es el movimiento cultural literario que se produce a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX en varios países europeos como Alemania, Francia, Reino Unido… y se desarrolla a lo largo de todo el periodo decimonónico. Continúa ejerciendo su influencia, en varios de sus rasgos más característicos, hasta la actualidad; la novela sentimental es en prosa, con versos intercalados y se sitúa dentro del amor cortés (no debe confundirse con la romántica); la novela satírica tiene en El forastero misterioso de Mark Twain un claro ejemplo de esta literatura; la novela social disminuye la descripción de vidas individuales, substituyéndolas por las colectivas; y la llamada novela de viajes es aquella que a lo largo de toda la obra nos traslada a lugares diferentes del mundo. Finalmente, la novela victoriana cobró auge en Inglaterra a partir del siglo XVIII y guarda estrecha relación con el Romanticismo.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

GARCÍA BERRIO, A y HUERTA CALVO, J. Los géneros literarios: sistema e historia: una introducción (Col. Crítica y Estudios Literarios) (6ª ed.) Ediciones Cátedra, S.A. Madrid. 2011. 280 pp. La categorización de los géneros literarios siempre ha generado polémica entre los teóricos de la literatura. Sin perder de vista la polémica que en torno a este objeto de estudio existe, en la presente obra se aborda, por un lado, la fisonomía del sistema de los géneros en el presente; por otro, presenta la historia de la teoría de los géneros desde Aristóteles hasta nuestros días; por último, se ofrece una tipología descriptiva de las modalidades genéricas, tranzando así una breve historia del desarrollo de los géneros tradicionales. El libro, bien documentado, consta de tres partes: la primera se debe a García Berrio (unas 70 páginas) y el resto a Huerta Calvo. El índice reducido es el siguiente: Primera parte – Problemática general de la teoría de los géneros literarios; Segunda parte – Resumen histórico de la teoría de los géneros; Tercera parte – Ensayo de una tipología actual de los géneros literarios y Bibliografía. Además, cuenta con un valioso índice de materias y otro onomástico (de nombres). La primera parte es un tanteo teórico del tratamiento de los géneros en la historia, con una especial atención a Hegel. Se finaliza con una propuesta personal, un tanto heterogénea pero interesante. Las otras dos partes son sumamente interesantes y bien documentadas. Resultan imprescindibles para cualquier tratamiento posterior de la cuestión, tanto por el amplio número de tipos registrados, como por el enfoque teórico. Aunque se observa falta de unidad entre los trabajos de los dos autores, es sin duda un libro para tener en cuenta.
SPANG, Kurt. Géneros literarios (Col. Teoria de la Literatura y Literatura Comparada) (2ª ed.) Editorial Síntesis. Madrid. 2008. 208 pp. El estudio de los géneros es una tarea difícil y no exenta de polémica, ya que por un lado existen discrepancias acerca de en qué consiste un género literario y, por otro, se puede identificar un corpus variado y complejo de géneros y subgéneros establecidos desde hace siglos y que se han ido desarrollando y transformando de acuerdo con los cambios de cada época y que merecen una atención más detallada. En este estudio, se trata de ofrecer un estado de la cuestión, haciendo un repaso ordenado y sistemático de las diversas formas literarias y sus definiciones y aclarando, en la medida de lo posible, la variada terminología que se aplica al respecto. “Es aconsejable reservar el término tradicional de género literario para designar al modelo natural teórico, de carácter esencial y transhistórico, y adoptar, desde la Lingüística textual y Semiótica literaria, la noción clase de textos.” (Hacia una teoría general del ensayo: construcción del texto ensayístico, por Mª E. Arenas Cruz)
DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José. Teoría de la Literatura. Editorial Universitaria Ramón Areces, 2002. 448 pp. Este manual se organiza en dos grandes partes: una sistemática, que a su vez se divide en otras. En la primera se trata de la definición de la literatura y de las disciplinas que la tienen como objeto de estudio; y en la otra se hace una presentación de las cuestiones referidas a los géneros literarios. La segunda parte trata de la historia de la teoría del siglo XX, organizada en tres bloques: formalismos, estilística y teorías de la lengua literaria, corrientes que van más allá del texto. Índice esquemático: Prólogo.- Literatura y géneros literarios.- La literatura. Disciplina literarias.- Los géneros literarios.- Teoría del siglo XX.- Teorías centradas en la obra.- Teorías centradas en la lengua y el estilo literarios.- Más allá del texto. “La investigación genológica debe procurar aunar los estudios históricos de carácter empírico con la especulación teórica, de manera que sea posible integrar el sistema natural de factores universales con la variedad de sus realizaciones históricas, pues sólo así se podrán reconocer, en las estructuras reales de los textos históricos, las propiedades esenciales de género y los rasgos secundarios de clase.” (A. G. Berrio)