El Renacimiento en Portugal y en Inglaterra


EL RENACIMIENTO PORTUGUÉS 
1. Vinculación de la literatura española y portuguesa.
Desde su inicio, la literatura portuguesa se halla estrechamente unida a la española. Ya hemos visto cómo a partir del siglo XII se desarrolla ampliamente la escuela lírica de los Cancioneros galaico-portugueses, en la que se confunden poetas de Portugal y Galicia, escribiendo unos y otros en una lengua común. 
En el siglo XV, un portugués ilustre, Don Pedro, Condestable de Portugal, que llegó a ocupar el trono de Cataluña, es el primer portugués que escribe en castellano. Durante el Renacimiento —siglo XVI— son muchos los escritores de Portugal que escriben indistintamente en su lengua propia y en español, y entre ellos destacan Gil Vicente, Jorge Montemayor, Sa de Miranda y el propio Camoens.
2. Sa de Miranda. 
El gran poeta Francisco Sa de Miranda —que nace en Coimbra en 1485, y muere en 1558—, viajó por España, donde residió algún tiempo, y por Italia, regresando a Portugal en 1526, fecha en que Boscán dialoga con Navagiero en Granada y desde la cual comienza a componer versos a la manera italiana. Riguroso contemporáneo de Boscán y de Garcilaso, amigo íntimo de éste, del cual conoció el manuscrito de sus obras, Sa de Miranda muestra fervorosa admiración por el poeta toledano, cuya muerte prematura lamenta en su égloga Nemoroso, e imita a ambos en ésta y en la égloga Basto y en la Fábula do Mondego, de delicado sentimiento, con las cuales introduce en Portugal las formas petrarquistas.
3. Camoens. 
Pero el gran poeta del Renacimiento portugués es Luis de Camoens (1524-1580), que destaca como figura grandiosa en la historia literaria de su país y que puede considerarse, sin duda, como uno de los más brillantes poetas épicos de todos los tiempos. Nace y muere en Lisboa, estudia en Coimbra, vive algún tiempo en la corte de Juan III; batalla en Ceuta, donde pierde el ojo derecho— y se embarca para la India (1553); vive en Goa y Macao, sufriendo prisiones y naufragios, y tras muchas peripecias regresa a su patria (1580). 
Escribió en castellano algunas obras dramáticas como el Auto de Filodemo y El Rey Seleuco, fue un gran poeta lírico, a la manera tradicional, en sus Rythmas, donde se encuentran bellísimos versos de gusto popular, escritos en castellano, y siguiendo a Petrarca y Garcilaso compuso también perfectisimos sonetos en castellano y portugués. Pero su obra trascendental es el poema épico Os lusiadas ('Los lusitanos') con el que el poeta portugués trató de emular la Eneida de Virgilio, de la cual tiene en lo externo manifiesta influencia. Está dividido en diez cantos y escrito en octavas.  
Aunque Camoens hace intervenir frecuentemente la mitología pagana, el poema posee un magnífico fondo realista, hasta el punto de podérsele considerar como una narración poética de la historia portuguesa de su época. 
El asunto tiene por base la famosa expedición de Vasco de Gama hasta la India, con todos sus peligros, peripecias, naufragios, luchas y conquistas todo expresado con gran fuerza y sobriedad, como quien lo ha visto y vivido intensamente, a lo que se añade un perfecto dominio del verso y del propio lenguaje. 
Entre sus espléndidas descripciones realistas, Camoens intercala episodios de excepcional belleza, como los que se refieren a la historia portuguesa en que narra la leyenda de Inés de Castro, o el paso del Cabo de las Tormentas, personificado en el gigante Adamastor, uno de los más hermosos del poema. 
4. Importancia de Os Lusiadas
Como expresión de sus afanes descubridores, de sus magníficas tareas de conquista y colonización —que aún hoy se manifiestan en los innumerables padrones, hitos de piedra puestos en señal de dominio—, Os Lusiadas puede considerarse como la epopeya de la «raza» portuguesa, navegante y aventurera, que, con la española (según leyendas patrias aún hoy hondamente arraigadas), llevó a cabo las mas grandes empresas marítimas en los siglos XV y XVI. 
No se limita a esto la importancia del poema. Si el tema es grandioso, Camoens ha sabido exponerlo con una fuerza poética, con un realismo y una perfección tan intensa, que Os Lusiadas puede ser considerado como uno de los poemas más importantes del género épico, hasta el punto de poderse suscribir hoy el juicio del gran critico alemán Frederik Schlegel sobre Camoens: «Para nosotros, ofrece con razón tanto interés como muchos escritores juntos o como toda una literatura».
EL RENACIMIENTO INGLÉS
1. Comienzos del Renacimiento en Inglaterra. 
Las ideas y formas renacentistas penetran tardíamente en Inglaterra, debido a su aislamiento del continente, desde el cual, no obstante, recibe las influencias italianas y españolas. La época de mayor esplendor de la literatura inglesa corresponde al reinado de Isabel I (1558-1603), que puede considerarse en justicia su Siglo de Oro. Se puede asociar esta época al nombre de Shakespeare, pero no fue éste el único escritor importante de aquel momento, aunque la figura del genial dramaturgo sea la más sobresaliente. 
Entre los poetas, el más representativo es Edmund Spenser (1552- 1599), autor de poemas de gusto pastoril, como El Calendario de los Pastores o La Reina de las Hadas
Como prosistas, deben ser recordados Philip Sidney (1554-1586), autor de una novela pastoril, Arcadia-, John LYLY (1554?-1606-), que escribe su libro Euphues imitando en el estilo al español Fray Antonio de Guevara; Thomas Moro (1478-1535), que escribió la obra Utopía, en la que describe un país ideal, y Francis BACON (1561-1626), autor, en otros libros, de La nueva Atlántida, de carácter semejante a la anterior. 
2. El teatro renacentista. 
El teatro logra un intenso desarrollo en esta época, siendo numerosos los escritores que lo cultivan. Entre ellos, debe recordarse a Christopher MARLOWE (1564-1593), autor de El judío de Malta y El doctor Fausto; y a Ben JONSON (1575-1624), que escribe Volpone o el zorro, John FLETCHER (1579-1625), que colaboró con Shakespeare en Henry VIII, Francis BEAUMONT (1584-1616), y otros más, pero William SHAKESPEARE sobresale de modo gigantesco sobre sus contemporáneos. 
3. Shakespeare. 
Este gran dramaturgo puede ser considerado no sólo como el más importante escritor inglés, sino como uno de los grandes genios de la literatura universal. Si bien toda su vida es asunto aún muy cuestionado por historiadores y expertos de distintas disciplinas, se cree que nace en Stratford en 1564. Pasa en Londres muchos años trabajando como actor y haciendo arreglos y refundiciones de otras obras, hasta que comienza a escribir sus propios dramas y comedias, que en ocasiones representó él mismo, al igual que Plauto, Moliere y Lope de Rueda. Un crítico de su tiempo lo llamaba «el Plauto y Séneca de Inglaterra». Los últimos años de su vida se retiró a Stratford, donde murió en 1616. 
Su producción dramática es escasa, si se compara con la de algunos autores españoles, como Lope de Vega, ya que se reduce a 37 obras, entre tragedias, dramas y comedias. Tampoco pueden considerarse sus obras como estrictamente originales, puesto que Shakespeare toma sus asuntos de crónicas medievales o de los novellieri italianos, si bien los desarrolla y complica con insuperable maestría. Romeo y Julieta pudo haber tenido influjos de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, que fue el primer libro español traducido al inglés (1530). Como gran poeta, compuso magníficos sonetos y poemas, entre los que debe recordarse Venus y Adonis
9. Sus obras dramáticas. 
Sin embargo, su relevante personalidad se refleja en su variada y portentosa producción dramática. En este aspecto, sus obras se han clasificado en comedias, dramas y tragedias. Dentro de sus comedias, ya sean de asunto realista o fantástico, sobresalen Las alegres comadres de Windsor, Los dos hidalgos de Verona, Mucho ruido para nada, Como gustéis, La tempestad, La comedia de las equivocaciones, El sueño de una noche de verano y El mercader de Venecia
Pero, con ser muy importantes sus comedias, el genio de Shakespeare alcanza su máxima altura en sus dramas y tragedias, que pueden dividirse en varios grupos: 
a) Dramas sobre la historia de Inglaterra: Ricardo II, Ricardo III y Enrique V.
b) Tragedias de asunto romano: Julio César, Marco Antonio y Cleopatra, Coriolano.
c) Tragedias de tema italiano o legendario: Romeo y Julieta, Otelo, El rey Lear, Macbeth y Hamlet. Son estas últimas, sin duda, las obras más famosas e importantes del bardo. 
10. Importancia del teatro shakespeariano. 
Lo que la obra total de Shakespeare pierde en cantidad y en originalidad de asuntos, lo gana en perfección suma, en insuperable maestría, en intensidad dramática y sobre todo en la creación de personajes con vida propia que pasan a ser prototipos de una pasión o de un carácter. Así, Otelo quedó para siempre como prototipo del hombre celoso; Shilock, del avaro; Macbeth, del ambicioso; Hamlet, del irresoluto; Romeo y Julieta, de enamorados... Y del mismo modo, otros muchos personajes, que más que apariencias escénicas resultan verdaderas figuras de carne y hueso; a tal punto ha sabido comunicarles calor y pasión humanas. 
Contemplar, leer una obra de Shakespeare es enfrentarse con la vida misma, con sus alegrías y tristezas, con los sentimientos de abnegación y de virtud, de ingratitud y de fidelidad, con el amor y los celos, con el agradecimiento y la avaricia, con todas las variadas pasiones de los hombres, y todo ello realizado con genial maestría, con graduada intensidad que sostiene el interés del espectador hasta su desenlace.