Las literaturas germánicas en la Edad Media (VIII - IX d.C.)

LITERATURAS INGLESA Y ALEMANA DE LA EDAD MEDIA
LITERATURA INGLESA

1. Orígenes de la literatura inglesa.

Las invasiones de los latinos, primero, y más tarde la de los normandos, dieron lugar a que desde el siglo IX al XIV fuese en Inglaterra el francés la lengua predominante, alternando con la latina en los menesteres literarios. Después se impuso el inglés, la lengua de origen germánico, que se hablaba por el pueblo.

Otro idioma de origen remotísimo, hablado especialmente por la raza céltica, que habitaba en Irlanda y en algunas zonas de Gales y Escocia, es el gaélico. Esta lengua fue el medio de expresión de una poesía popular, de gran trascendencia posterior: la poesía de los bardos, cantores populares, de carácter sacerdotal.

De estos bardos llegó hasta nosotros el nombre de OSSIÁN, que se supone vivió entre los siglos II y III. Cristianizada Inglaterra a fines del siglo VI, pronto se crean focos culturales en torno a los monasterios y se inicia una rudimentaria cultura en latín.

2. La literatura inglesa en los siglos VIII y IX.

Una figura importante del siglo VIII es ALCUINO (735-804), de la escuela de York, al que lleva Carlomagno a Francia, donde funda la Academia Palatina. Alcuino compone excelentes poemas en latín y realiza una labor enciclopédica, en la que expone los conocimientos que se tenían en su época sobre filosofía, gramática, retórica y dialéctica.

Entre los numerosos poemas anónimos de la literatura inglesa sobresalen el de Beowulf, compuesto en latín, acaso por un monje, hacia la segunda mitad del siglo VIII, pero que se ha conservado en un manuscrito del siglo x. Los personajes son daneses, godos, y entre ellos Beowulf, el más valeroso, por lo cual puede considerarse como una epopeya de la raza anglosajona.

Un período importante para la cultura inglesa está representado por el reinado de Alfredo el Grande (segunda mitad del siglo ix), que se rodea de sabios y se consagra él mismo a traducir al inglés obras de Orosio, Boecio y Beda el Venerable, por lo cual puede considerársele el verdadero creador de la prosa inglesa.

3. La "materia de Bretaña".

Durante la dominación normanda, el idioma literario de Inglaterra es, como hemos dicho, el francés, y entre los temas que predominan aparece el denominado ciclo artúrico o materia de Bretaña

A mediados del siglo XII, Godofredo de MONMOUTH, arcediano en Gales, escribe en latín una fantástica Historia de los bretones, que dice inspirada en un viejo libro bretón sólo por él conocido. En ella atribuye a Brutus, bisnieto de Eneas, la fundación de Londres. Des¬cendiente suyo es Artús o Arturo, que reinó en la Armórica, al que acompañan en sus empresas el sabio Merlín y los caballeros de la Tabla ('mesa') Redonda, Orden de caballería que funda el héroe bretón.

Roberto WACE traduce estas leyendas en prosa francesa, en su Historia de Brutus Britano y Godofredo CAIMAR las traslada en versos franceses
Walter MAP enlaza el ciclo artúrico —o sea la serie de leyendas que se refieren al rey Arturo— con la leyenda del Santo Grial.

La difusión que estos temas alcanzan en la literatura europea es extraordinaria. La materia de Bretaña, desarrollada por los escritores franceses, competirá en influencia con el ciclo carolingio en el Romancero español y, sobre todo, en la novela de caballerías.

4. La prosa en el siglo XIV. Chaucer.

Quien da un definitivo impulso al inglés como lengua literaria, convirtiéndola en idioma nacional de Inglaterra, es Godofredo CHAUCER (1340-1400), de Londres, que guerreó en Francia, fue favorito de la Corte y ocupó cargos diplomáticos en Francia, Italia y Flandes y en su madurez altos cargos administrativos en Londres.

Sus viajes a Francia e Italia lo ponen en contacto con su literatura, que introduce en Inglaterra, y así traduce al inglés el Román de la Rose; imita la Divina Comedia en su poema Templo de la Fama y adapta el Filostrato de Boccaccio en el poema Troilo y Criseida.

Pero la obra que le da inmortalidad son sus Cuentos de Canterbury, que aparecen relatados por treinta peregrinos que se dirigen a la tumba de Santo Tomás Becket en Canterbury.

Estos peregrinos —que representan las más varias clases sociales— acuerdan premiar con una comida en la Posada del Tabardo al mejor narrador. Con este cuento, Chaucer alterna el relato piadoso con fábulas, breves novelas y sátiras, todo expresado con humor y realismo al mismo tiempo que caracteriza con fuerza y vigor a cada uno de los narradores.

Probablemente Chaucer no llegó a conocer el Decamerón -^ue se crevó había sugerido la trama y el tono de esta obra-, pero aunque lo hubiese conocido, los Cuentos de Cantorbery resultan una obra di¬vertida y genial, y un magnífico documento para el conocimiento de la vida inglesa en su época.

LITERATURA ALEMANA

5. Orígenes de la literatura alemana.

Según testimonia el historiador latino Tácito, los germanos antiguos poseían una épica popular con poemas de exaltación bélica, que cantaban los triunfos de sus héroes. Sólo se conserva de esta poesía un fragmento escrito, del siglo ix, titulado Canción de Hildebrando.

Los germanos, al invadir el Imperio romano, llevan a España y Francia sus costumbres y su literatura. El nacimiento de la épica en ambos países son los cantares de gesta, que se habría producido por estimulo de los cantos épicos germanos, ya que tal tipo de literatura popular faltaba en la tradición romana.

6. Los Minnesinger.

La lírica cortés que florece en Provenza y Francia en los siglos xn y xiii con temas preferentemente amorosos, provoca en Alemania la aparición de los Minnesinger ('cantores de amor' , equivalentes a los trovadores y juglares románicos. Junto a la temática erótica de claro cuño provenzal, estos errantes cantores desarrollan temas políticos; (la aspiración a la unidad alemana), satíricos y sagrados (lírica marial).

7. La "materia de Bretaña".

La «materia de Bretaña», tal como había sido elaborada en Inglaterra y Francia, triunfa también en Alemania durante el siglo XII, Wolfram de ESCHENBACH escribe el Parsifal, en el XIII da forma definitiva a la leyenda del Santo Grial.

Richard Wagner utilizará, en el siglo xix, esta leyenda, relativa a la conquista del Grial -vaso en que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo- al caballero Parsifal, para componer una de sus más hermosas operas.

8. Los Nibelungos.

La poesía épica primitiva, de la que se conserva sólo un texto del siglo ix, siguió viviendo ininterrumpidamente en la tradición oral, y en el siglo XIII irrumpe en el primer plano de la literatura alemana con un poema grandioso: los Nibelungos. En él se reelaboran artísticamente muchos temas de la épica antigua germánica.

El centro temático del poema es la guerra, y la virtud más exaltada la lealtad. Sigfrido, joven héroe al que la sangre del dragón que custodiaba el tesoro de los Nibelungos ha hecho invulnerable, salvo en un lugar de su cuerpo, casa con Crimhilda. En un torneo se hace pasar por su cuñado Gunther, y conquista para él la mano de la reina Brunhilda. Esta, pasado algún tiempo, se entera del ardid, y hace matar a Sigfrido. Crimhilda, poseida de una violenta pasión de venganza, prepara la muerte de Brunhilda y su cómplice Etzel, y ella misma perece también.
VELASCO, M. Breve historia de los celtas. Ediciones Nowtilus, S.L., Madrid, 2010. El libro nos introduce en la cultura, los héroes, los ritos, la mitología y la vida cotidiana, de un pueblo que se extendió por Austria, Suiza, Francia, Bélgica, España, Reino Unido y, por supuesto, Irlanda. Dividido en tres partes, Manuel Velasco nos narra en la primera la historia de su legendaria resistencia a la conquista romana, a través de tres figuras fundamentales: el hispano-luso Viriato, el galo Vercingetórix, y la británica Boudicca, reina guerrera que arrasó la ciudad de Londinum (Londres); completa este apartado una completa descripción de la vida cotidiana de los celtas en Irlanda. La segunda se ocupa de la religión y la mitología, el paso fundamental de una mitología arcana y politeísta, a un cristianismo impulsado por San Patricio. En la tercera se incluye una valiosísima información complementaria sobre el idioma y la escritura, los nombres celtas y los lugares emblemáticos de esta cultura (finisterres). La obra nos introduce en la historia de siglos a través de personajes tan conocidos en el imaginario popular como Viriato, Vercingetórix o Boudicca y hechos que han provocado la admiración de la historia como la heroica resistencia de la ciudad de Numancia o el saqueo de Roma.
VELASCO, M. Breve historia de los vikingos. Ediciones Nowtilus, S.L., Madrid, 2012. Era necesaria una historia sobre los vikingos, una cultura presente en el imaginario popular actual, que se sobrepusiera a los mitos que se han establecido como verdad absoluta, de pueblo beligerante y aguerrido exclusivamente y nos llevara a conocer un poco más: Breve Historia de los Vikingos es esa obra. El libro no sólo se cierra en los aspectos puramente técnicos y cronológicos de los vikingos, sino que también se adentra en la vida cotidiana de los artesanos, campesinos o comerciantes nórdicos y nos detalla su mitología y sus prácticas religiosas para tener así una visión completa de esta influyente cultura que surgió de las zonas más frías de la actual Europa. Entre el S. IX y el S. XI, irrumpen los vikingos en la escena europea, ésta será su época de esplendor pero finalmente cederán ante el imparable empuje del catolicismo romano. Enmarcado en estos siglos nos descubrirá Velasco la rica cultura vikinga, no sólo asistiremos a su valor como guerreros, navegantes y constructores de naves, sino que veremos también su desconocida y rica actividad comercial.