HISTORIA DE LA CULTURA MATERIAL DEL MUNDO CLÁSICO
PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA
BLOQUES II Y III
La Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico analiza las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes ítems que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades, susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. Su marco metodológico y conceptual parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos. Estudia, contextualiza y secuencia la historia de las sociedades clásicas del ámbito mediterráneo desde la óptica de su cultura material.
I
1. Identificar la función de las siguientes estructuras, situarlas en su contexto cronológico y cultural, explicar las implicaciones rituales que conlleva cada una de ellas y su lectura en clave social.
Fig.1.- Se aprecian cajas de piedra o larnakes, pertenecientes a estructuras de enterramiento individual, pero asociados a edificios sepulcrales colectivos del tipo de las tumbas de cámara. Es una estructura funeraria excavada en la roca o el subsuelo que coincide con el período de los Primeros Palacios. Destaca la presencia de un corredor o pasillo de entrada (dromos), que cierra el acceso a la tumba de cámara mediante una puerta. El acceso (stomion) solía ser más estrecho que el dromos y se abría a una cámara funeraria de planta circular o rectangular con una cubierta plana o convexa. Las tumbas de cámara solían contener múltiples enterramientos de inhumación depositados de forma variada. Los ejemplos más antiguos datan del Minoico Medio II-III y llegaron a convertirse en el sistema más común durante el Minoico Reciente. En lo referente al ritual fúnebre empleado en estas modalidades de enterramiento colectivo, aunque los restos se conservan en bastante mal estado a causa del arrinconamiento de los cuerpos para el enterramiento de los siguientes, parece que los cadáveres se disponían con una orientación E-O, con la cabeza situada hacia el Este. Acompañando al cuerpo se depositaba el ajuar, integrado por cerámicas, armas, recipientes de piedra y, ocasionalmente, algún elemento de prestigio susceptible de encarnar el rango del enterrado (adornos de oro y sellos). Esta modalidad de estructura funeraria es particularmente característica del área norte de Creta y se ratifica en el ámbito oriental de la isla. Tras la descomposición del cadáver se producía el traslado de los restos hacia una zona secundaria de la tumba, hasta que finalmente sólo se conservaban en ella el cráneo y algún hueso mayor, procediendo a deshacerse de las partes restantes del esqueleto.
Fig. 2.- Tholos de Kamilari, cerca de Hagia Triada. Dentro de las estructuras funerarias colectivas destaca la continuidad de las tumbas de tipo tholos surgidas en el Minoico Antiguo I, hasta al menos el Minoico Medio III. Esta modalidad se corresponde, en su variedad más simple, con una construcción circular exenta de recios muros de piedra con una cubierta de tierra y una puerta. Los ejemplares más complejos pudieron tener una o varias antecámaras. El acceso normalmente se abría hacia el Este y la puerta solía ser bastante pequeña y estrecha, circunstancia que podía entorpecer cada acto de enterramiento. Las tumbas circulares pueden aparecer aisladas, en grupos de dos o tres, o formando parte de cementerios de mayor entidad. El conjunto más importante se ha documentado en Archanes (Furni), al sur de Cnosos, aunque el tipo se extendió de manera predominante por todo el sur de la isla. Las estructuras estuvieron en uso durante períodos muy prolongados, sirviendo de lugar de enterramiento a lo largo de siglos. Algunas construidas en el Minoico Medio IA experimentaron hasta seis fases arquitectónicas, hasta su uso final en el Minoico Reciente IIIA. Durante este período destaca la presencia de un corredor o pasillo de acceso (dromos), que introduce semejanzas tipológicas entre las estructuras cretenses de época avanzada y las más antiguas tholoi micénicas de la Grecia continental.
Fig. 3.- El paisaje funerario en el cementerio del Cerámico de Atenas. Estructura funeraria perteneciente al Período Clásico. Se observa una acusada tendencia a desvincular el espacio funerario del territorio de los vivos. Este comportamiento va acompañado de la elección de lugares próximos a los caminos con el fin de facilitar el acceso al cementerio para la realización de los rituales fúnebres, y, también, con el fin de que los monumentos resultaran visibles, como expresión del status social de los difuntos. El «paisaje funerario» es uno de los aspectos que más interesan al campo de estudios englobados en la «Arqueología de la Muerte». El cementerio ateniense del Cerámico es el conjunto arqueológico mejor conocido ante el problema derivado de la amortización de monumentos arcaicos para la construcción de las murallas de Temístocles. En principio, el aspecto que debió poseer la gran necrópolis de Atenas durante esta fase pudo ser de cierto desorden, provocado por la multiplicación de tumbas de diferentes tipos y elementos de señalización vertical variados, todo ello en un espacio reducido. El reflejo del status social en la estructura funeraria condujo a una desenfrenada carrera de ostentación y de competencia entre las grandes familias. Los periboloi, unos recintos que podían albergar varias tumbas, comienzan a ser frecuentes a partir de fines del siglo V a.C. El acto fúnebre se convirtió en un acontecimiento de ostentación del poder y la riqueza de los grupos sociales más favorecidos. Esta exaltación está destinada a ser entendida especialmente por los vivos, según se deduce de la presencia de ajuares raramente espectaculares en su composición aún en tumbas de importante monumentalidad. La ostentación desmedida alcanzó extremos tales que las diferentes legislaciones se vieron obligadas a hacer frente a semejantes desmanes.
Fig. 4.- Reconstrucción de la fachada oriental del monumento de las Nereidas (Xanthos). Fuera de Atenas, en la Grecia del Este, encontramos tumbas de una gran monumentalidad, en las que se funden elementos orientales y propiamente griegos. En esta región abundan las tumbas de cámara, las fachadas con tratamiento arquitectónico y sobre todo los grandes mausoleos. Esta tendencia está presente desde mediados del siglo VI a.C. y se desarrolla durante el siglo V a.C., con monumentos como éste de las Nereidas, construido en 460 a.C. a la manera de un templo jónico períptero, con terraza, basamento con la cámara funeraria, la capilla de estilo jónico coronado con una cubierta piramidal. Bajo el monumento se halla la cámara sepulcral. Otros lugares de la periferia, como Macedonia, se sumaron al ambiente de la monumentalidad de la arquitectura funeraria y del lujo imperante en el final del Mundo Clásico y el arranque del Helenismo. A la hora de reconstruir el ritual funerario, no existen muchos indicadores arqueológicos que se refieran al momento anterior a la cremación de los cuerpos. No obstante, la presencia de utensilios de baño hace pensar que se procedió al lavado purificador de los cuerpos. También es posible que un cortejo acompañara a los muertos hasta la pira transportando solemnemente los objetos hasta depositarlos en el lugar donde se han hallado. Aunque no se ha identificado el lugar exacto donde se ubicó la pira, sí se han encontrado algunos vestigios quemados encima de la cámara. Los ajuares depositados en el interior de las tumbas eran de distinta índole, así la presencia de objetos personales del difunto vienen acompañados también de vasos cerámicos y de elementos ex profeso.
II
2. Identificar las siguientes imágenes, situarlas en su contexto cronológico y cultural, explicar la técnica de realización, el concepto representativo y el contexto funcional de cada una de ellas.
Fig.1.- Centro del muro norte de la Tumba de Perséfone en Vergina (de A. Kottaridi). Esta tumba es de tipo cista y pertenece a una de las mujeres de Filipo II, muerta hacia el 325 a.C. Los cuatro muros de la tumba están pintados hasta media altura de color rojo y el resto es blanco y sobre esta zona se desarrolla la decoración figurada. Es en el centro del muro norte donde se encuentra el punto culminante de la narración: Hades en su carro lleva consigo a Perséfone y a su lado una joven contempla el rapto; en el lado opuesto está la figura de Hermes que parece conducir al grupo hacia el Oeste, al país de los muertos. Estas pinturas se atribuyen al pintor Nicócamo, según P. Moreno, ya que un cuadro del autor con idéntico tema estuvo expuesto en el templo de Júpiter Capitolino de Roma, siendo repetidamente copiado tanto en pinturas como en mosaicos. Sin embargo, parece más plausible que fuese realizado por un pintor que copia el cuadro del gran maestro. El temple es la técnica utilizada, pues se han disuelto los colores en agua y se ha añadido un aglutinante para fijarlos a un soporte seco. Esta técnica se utilizaba generalmente para las pinakes (tablas). En la pintura funeraria de Macedonia, los muros de las tumbas de cámara se recubrían con dos capas sucesivas de mortero y los pigmentos empleados en la pintura eran tanto de origen mineral (naturales o artificiales) como orgánico. Entre los primeros, el blanco de carbonato cálcico, el amarillo y el rojo que proceden siempre de tierras ocres; entre los segundos, la malaquita y el rojo cinabrio, un pigmento caro procedente de la zona de Axios.
Fig. 2 (Izq.) - Fresco de «la Parisina», Palacio de Cnosos (Museo de Heraklion). Este fresco pertenece al Período Monopalacial de la Creta Minoica, 1450 a.C. Dentro de la pintura mural, destaca este fragmento que contiene la figura femenina conocida como «la Parisina», que representa una muchacha de piel blanca, labios rojos y ojos perfilados en negro, con un vestido que muestra el nudo sagrado atado tras su cuello. Reducida gama cromática. Fig. 3 (Dcha.) - Conocida como «la Micénica», esta figura pertenece a una pintura mural procedente de la «Casa del Sumo Sacerdote» en la Acrópolis de Micenas (Museo Arqueológico Nacional de Atenas). Las pinturas micénicas se relacionan técnica y estilísticamente con las minoicas, al menos en las fases iniciales. Desde el punto de vista técnico, las pinturas murales micénicas fueron realizadas sobre una superficie de yeso mientras estaba aún fresco, aunque algunos detalles se realizaron después de haberse secado el enlucido. La paleta típicamente micénica se basa en colores obtenidos de productos minerales. Así, los ocres y hematites se usaron para obtener los amarillos y los rojos, y la arcilla clara para los blancos. Como sucedía en las pinturas minoicas, también en las micénicas se emplearon convenciones, como el color rojo reservado a las representaciones masculinas y el blanco para las femeninas. El significado o funcionalidad de las representaciones de las pinturas de los palacios micénicos responden a un proyecto decorativo unitario, en el que la selección de temas y la composición de imágenes estaban subordinadas simbólicamente a las funciones de la sala y, en el plano ideológico, al status social de los destinatarios de ese mensaje.
III
3. Situar estos materiales cerámicos en su contexto cronológico y cultural y realizar un comentario sobre su función y técnica de elaboración.
Fig.1 (Izq.) - Olpe del Pintor de Amasis con el tema de la entrada de Herakles en el Olimpo, en la que se representa al héroe entre Atenea y Poseidón (Museo de Louvre). Implantación de la técnica de figuras negras en cerámica en el Período Geométrico. Los talleres corintios introducirán el esgrafiado o la incisión para indicar los detalles interiores de las figuras. A fines del siglo VII a.C., triunfo definitivo del estilo narrativo en los talleres áticos. Respecto a la temática de las escenas figuradas, una parte del repertorio representa episodios extraídos de la mitología o los ciclos épicos. Sin embargo, las divinidades olímpicas aparecen con gran frecuencia en los vasos de figuras negras, como protectores de héroes como Herakles, Perseo o Teseo, convertidos muchas veces en los auténticos protagonistas de los desarrollos narrativos. Fig. 2 (Dcha.) - Vaso de figuras rojas (mediados del siglo V a.C.). Crátera de cáliz del Pintor de las Nióbides (Museo del Louvre). Hacia el 530 a.C. se inventa en Atenas la nueva técnica de la cerámica de figuras rojas. Los pintores logran dominar la perspectiva lineal en la representación de los elementos que contextualizan las escenas, poniendo fin a la visión frontal de los templetes o los muebles. Las telas de las vestiduras ya no caen pesadamente en pliegues plisados para agitarse con naturalidad, mientras que las figuras expresan emociones con cierta intensidad. Respecto a las convenciones representativas, la nueva técnica realiza la distinción de sexo basándose en las facciones, la vestimenta y la anatomía. El Pintor de las Nióbides cultivará una decoración monumental, inspirado por la obra de Polignotos y su escuela sobre vasos de gran tamaño. Se trata de composiciones con varias figuras situadas en distintos planos, siguiendo las conquistas de la gran pintura, para sugerir espacio y profundidad.
Fig. 3 (Izq.) - Vaso decorado con un pulpo. HR IIIC (Museo de Micenas). La cerámica más característica de la época de apogeo de la cultura micénica, entre el siglo XIV y la primera mitad del siglo XIII a.C., se concreta en dos estilos decorativos principales: el esquemático y el pictórico. A partir del Heládico Reciente IIIC se detecta un mayor desarrollo de los estilos locales, dando lugar al estilo cerrado, que mantiene lazos con decoraciones cretenses y se caracteriza por un marcado horror vacui que recubrie la superficie del vaso con motivos convencionales como aves, peces y rosetas. En la costa oriental del Ática y las islas se desarrolló una variante con criaturas marinas: pulpos, en vasos globulares. Fig. 4 (Dcha.) - Cerámica de Kamares. Copa con rosetas aplicadas procedente del palacio de Phaistos (Museo de Heraklion). Desde la óptica de la tecnología, la cerámica de Kamares, perteneciente a la Creta de los Primeros Palacios, revela un alto nivel por el cuidadoso tratamiento de levigación de los barros y el uso del torno del alfarero. Desde el punto de vista decorativo, se caracteriza por el empleo de decoración policroma sobre el fondo oscuro. Además de la pintura, dentro de las técnicas ornamentales empleadas se halla la decoración de barbotina, el moldeado y las aplicaciones de elementos en altorrelieve de formas variadas (usualmente flores, peces y animales).
IV
4. Situar en su contexto cronológico, cultural y funcional los siguientes materiales escultóricos y comentar la problemática patrimonial que se cierne sobre ellos, expresando su opinión personal al respecto. Añadir las fuentes de información consultadas para la realización de este ejercicio.
El templo es el edificio griego más significativo. Se construye según unos principios o normas conocidos como orden o estilo, que están basados en la columna. Estos órdenes arrancan desde las raíces del arte griego: la raíz doria y la raíz jonia. A estos se les añade el orden corintio. El dórico es un orden más sobrio que da una sensación de mayor pesadez. El jónico es más fino y rico, y el corintio es más ornamental. Estos templos están situados en los grandes santuarios: Delfos, Eleusis, Atenas, Delos, Epidauro, Mileto, Éfeso… También existen en las polis, convirtiéndose en su centro. El edificio está cerrado en sí mismo tipológicamente y también por lo que significa. Es la casa de la estatua del dios y por ello es diferente a los templos de otras culturas. En él no se hacen rezos ni celebraciones, es fuera donde se realizan los sacrificios. Al principio el templo recuerda a una de las estancias de los palacios micénicos, el megaron, y arranca de esa estructura en la que se va desarrollando. La planta siempre es rectangular, orientada al este. La cubierta exterior es a dos aguas. Está realizada a base de tejas planas con una pequeña teja curva en las junturas. Estas tejas sirven para embellecer el tejado y para expulsar el agua lejos de los muros. Otros elementos son las acróteras, piezas que rematan los vértices de un frontón con un carácter meramente decorativo. El frontón corona el tejado. Es el lugar donde más frecuentemente se incorpora la escultura. Suelen ser dos, uno en la parte delantera y otro en la posterior, pero a veces, al principio, sólo hay uno en la parte delantera, creándose una cubierta a triple vertiente. La Acrópolis conserva restos de templos jónicos y dóricos ya totalmente configurados. Su origen está en época micénica, en la que estaba amurallada y tenía un claro sentido defensivo. Resistió durante mucho tiempo, pero finalmente las obras que ya se habían empezado fueron destruidas. Así fue ya en época de Pericles cuando se reconstruye, convirtiéndose en santuario, aunque también había construcciones civiles. Junto a otros arquitectos, destaca Fidias, que dirige el conjunto y se relaciona con el Partenón, el edificio más importante. La acrópolis está amurallada y tiene una única puerta monumental al oeste, los propileos, aunque también había otras pequeñas puertas.
El Partenón es el templo más importante de la Acrópolis. Se realizó en el 447 a.C., momento de esplendor de Pericles. Fidias debió dirigir la obra y los arquitectos serían Ictino y Calícrates. En realidad se había iniciado antes, pero los persas invadieron y arrasaron Atenas, por lo que hubo que reconstruirlo y se le dio un nuevo aspecto. Ha sufrido muchísimas incidencias: fue convertido en iglesia bizantina, en mezquita y en arsenal de los turcos. En el siglo XVII cayó una bomba que casi lo destruyó y en el siglo XIX hubo un gran terremoto. Se ha rehecho y hoy lo podemos ver levantado, aunque las obras continúan. La gran mayoría de su decoración escultórica se encuentra en el Museo Británico. Está dedicado a Atenea Partenos, y existía en él una gran estatua criselefantina realizada por Fidias en la naos. Está realizado totalmente en mármol, hasta las tejas, a excepción de los dos primeros escalones del estilobato. Supone la cima de la perfección de la arquitectura clásica. Se hicieron múltiples correcciones para evitar efectos ópticos no deseados y que están recogidas en un libro de Ictino. Las líneas del frontón y de las columnas están ligeramente echadas hacia atrás para evitar la sensación de que se nos cae encima. Su estructura es similar a la de otros templos. Es un templo dórico, octástilo, períptero y anfipróstilo, pero su opistodomos tiene una puerta que da a una estancia que es la única novedad que presenta el templo. Pese a ser dórico, tiene algunas notas que se corresponden con el orden jónico, con columnas jónicas en la cámara del interior y un friso corrido con relieves que aparece alrededor de la cella, aunque al exterior tiene triglifos y metopas como corresponde al dórico. La asociación de escultura exenta y arquitectura es una particularidad de época helenística. La escultura arquitectónica nace en el siglo VII a.C. Los frontones y frisos la conforman. Muchas son las definiciones que existen a cerca del patrimonio cultural y su naturaleza, algunas de ellas contradictorias y problemáticas por lo que supone la falta de concreción para la gestión del mismo. Sin embargo, el patrimonio cultural es el conjunto de recursos que un pueblo ha creado para garantizar su supervivencia y reproducción, de tal manera que los pueblos se identifican a sí mismos según su patrimonio cultural, y éste les da seguridad frente a los problemas de su entorno inmediato y les permite desenvolverse de manera creativa frente a los nuevos retos del presente. Es por ello que, como ciudadanos de un mundo globalizado tenemos la responsabilidad de mantener, cuidar y prolongar la vida de los elementos que nos representan dentro y fuera de Europa.
V
5. Ordenar cronológicamente estas plantas urbanas y explicar el concepto de ordenación urbanística que encarna cada uno de los ejemplos que se proponen.
Fig.1.- Planta de Mileto (de R. Etienne, C. Müller y F. Prost). 1: puerto de los Leones. 2: santuario de Apolo Delfinios. 3: agora norte. 4: bouleuterion. 5: agora sur. 6: estadio. 7: agora oeste. 8: templo de Atenea. Dentro de la ordenación de los espacios urbanos en la época clásica, destaca la ciudad de Mileto que se articula en tres áreas residenciales repartidas sobre la península en la que se erigió. La más importante se dispuso en el sur, donde el espacio se subdividió en una trama de calles perpendiculares que delimitan manzanas de 175 x 100 pies. En las otras dos zonas, situadas respectivamente a cada lado del puerto norte, se sigue la misma orientación de ejes, si bien las manzanas presentan menores dimensiones (70 x 60 pies). La articulación entre estas áreas se realiza mediante las zonas públicas que se disponen en un espacio aproximadamente central y siguiendo los ejes N-S y E-O en ángulo recto. En un punto aproximadamente central se situó el agora meridional, amplia y rodeada de pórticos, y cerca, el Santuario de Atenea y un gran mercado. El teatro, por imperativos topográficos hubo de ubicarse en el lado norte de la bahía. En la zona septentrional se encuentra el bouleuterion, un gimnasio, un ninfeo, estructuras comerciales y un templo dedicado a Apolo. Concepto decorativo que transforma el paisaje urbano durante el clasicismo.
Fig. 2.- Área central de Megara Hyblaea hacia fines de la época arcaica (la planta de G. Vallet y F. Villard). Dentro de la estructuración de los espacios urbanos en fechas que se sitúan entre mediados del siglo VIII y mediados del VII a.C. encontramos una serie de ciudades de creación ex novo a expensas del fenómeno colonial, en la que Megara Hyblaea es el ejemplo más paradigmático. Cabe decir, sin embargo, que existe gran dificultad para definir un modelo urbano único. Esta ciudad está situada en la costa oriental de Sicilia y fue fundada en 728 a.C., convirtiéndose en un ejemplo temprano de una trama regular con calles aún no ortogonales pero paralelas entre sí. El espacio irregular destinado a acoger la plaza pública –agora- se reservó desde el mismo momento en que se trazó la ciudad. Las casas no respondían inicialmente a un concepto de agrupación, sino que se hallaban separadas por espacios vacíos, posiblemente destinados al cultivo. Progresivamente, estas zonas fueron ocupadas, pasando los antiguos caminos de separación entre lotes de terreno a convertirse en las calles de la colonia que, paulatinamente, iba adquiriendo el aspecto de un núcleo urbano ordenado. La experiencia de la colonización es a veces considerada un estímulo decisivo para transmitir el nuevo concepto de ciudad. Además, la epopeya homérica describe una fundación urbana con los aspectos esenciales del nuevo concepto: murallas, casas, templos y una distribución organizada de las tierras fértiles del entorno. Un aspecto básico de la nueva estructura urbana y social fue la separación neta de los espacios públicos y privados.
Fig. 3.- Fortificación plena de la acrópolis de Tirinto durante el HR III (de F. Fittschen). Dentro de la estructura del espacio urbano de la cultura micénica prevalece la ciudad-palacio, destacando la ciudad de Tirinto, que consta de una ciudadela fortificada, que albergaba el palacio, los edificios de culto y algunas residencias privadas de personajes socialmente eminentes, en tanto que la ciudad propiamente dicha se desarrollaba en torno al núcleo fortificado. El centro, que funcionaba como sede del poder real, adquiría parte de su representatividad a través de un impresionante sistema defensivo, que convertía la ciudadela en una auténtica plaza fuerte. Este rasgo marca una notable diferencia respecto a los palacios cretenses, desprovistos como estaban de estructuras defensivas. El concepto constructivo de las fortificaciones micénicas parte de imperativos topográficos, por lo que suelen combinar la construcción artificial con la defensa natural en las zonas más abruptas del emplazamiento de la ciudadela. Los muros apoyan en una cama excavada directamente en la roca y en su fábrica se emplea el aparejo ciclópeo. Este tipo de arquitectura está documentada en las defensas de Tirinto, pero también en las de Micenas, Argos y la Acrópolis de Atenas. Los trabajos arqueológicos desarrollados en las ciudadelas micénicas han puesto de manifiesto la existencia de varias fases en la fortificación. La etapa más antigua se remonta al Heládico Reciente IIIA y está documentada tanto en Micenas como en Tirinto. Las fases más tardías que incluyen los sistemas para la captación y almacenamiento de agua, se datan en el Heládico Reciente IIIB, en torno a mediados del siglo XIII a.C.
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ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.: Historia de la cultura material del mundo clásico. Col. Unidad Didáctica, Uned. Madrid, 2010. 516 pp. A lo largo de sus páginas se analizan las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, esto es, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes ítems que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades que son susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. El marco metodológico y conceptual de este trabajo parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos.
GUIRAL PELEGRIN, C.; ZARZALEJOS PRIETO, M.: Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico (Addenda) UNED. UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA, 2010. 217 pp. Este libro se ha diseñado como herramienta complementaria de aprendizaje para la preparación de la asignatura Historia de la Cultura Material del mundo clásico. Sus contenidos pretenden ofrecer al estudiante un marco de referencia que le ayude a contextualizar algunos aspectos puntuales de la materia que compone el programa oficial de la asignatura. Este marco de referencia está integrado por diversos tipos de material didáctico. El primero de ellos adopta la forma de comentarios sobre una serie de asuntos seleccionados por el Equipo Docente. El segundo está integrado por una selección de imágenes comentadas sobre cada una de las lecciones incluidas en el temario. El tercer grupo de materiales está conformado por documentos de carácter práctico como son los test de autoevaluación.
ROBERTSON, M. El arte griego. Alianza, Madrid, 1985. La publicación en 1975 de la monumental History of Greek Art marcó un hito en los estudios sobre el arte clásico, la síntesis de ese libro, realizada por el propio Martin Robertson con la finalidad de ampliar el círculo de sus posibles lectores, conserva la profundidad del análisis y el inteligente uso de la erudición que caracterizan a la versión original. Orientada según criterios básicamente pedagógicos, esta edición abreviada reduce el número de las obras estudiadas pero respeta la primitiva distribución de capítulos. Así, El arte griego permite seguir, en un orden básicamente cronológico, la apasionante andadura de la tradición artística griega, desde su nacimiento en los oscuros tiempos prehelénicos (los períodos geométrico y orientalizante) hasta su «barroquización» en el período helenístico, pasando por el arte arcaico maduro, el momento clásico y su evolución a lo largo del siglo IV.
FATÁS, G. y BORRÁS, G. M., Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1990. Esta obra recoge además del vocabulario utilizado en los ámbitos de la escultura, la pintura, la arquitectura y las artes decorativas; los términos propios de una gama de ciencias auxiliares como son la numismática y la heráldica. El objetivo de esta obra es que el estudiante que accede a la Universidad adquiera los conocimientos básicos sobre la evolución del arte a lo largo de la historia, desde la Prehistoria hasta el siglo XX, a través de la terminología y los elementos propios del arte de cada período. Asimismo el estudiante aprenderá el contexto histórico, las características principales de cada periodo artístico y sus obras más representativas, en arquitectura, escultura o pintura. En algunos temas, sin embargo, se encontrarán otro tipo de manifestaciones artísticas (vidrio, cerámica, orfebrería, instalaciones, etc…) que por su importancia en ese momento no pueden ser obviadas. Con estos conocimientos, el estudiantes deberá ser capaz de desarrollar cualquiera de los temas que estudiará en las asignaturas con brevedad, orden y coherencia.
BIBLIOTECA DE LA UNED. Guía de uso de los servicios bibliotecarios para estudiantes [en línea]. [Consulta: 13 de abril de 2013]. Disponible en la web: http://www.uned.es/biblioteca/tutorial_uso_etico/citar.htm
GALERÍA ANTIQVARIA. Términos artísticos [en línea]. [Consulta: 13 de abril de 2013]. Disponible en web: http://www.antiqvaria.com/Comunes/Diccionario.asp?SrcCat=DIC&Tipo=0&Categoria=c
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Arqueología Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico analiza las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes items que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades, susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. Su marco metodológico y conceptual parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos. Estudia, contextualiza y secuencia la historia de las sociedades clásicas del ámbito mediterráneo desde la óptica de su cultura material.