PEC 3 HªCMMC

HISTORIA DE LA CULTURA MATERIAL DEL MUNDO CLÁSICO

PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA
BLOQUES IV Y V
La Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico analiza las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes ítems que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades, susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. Su marco metodológico y conceptual parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos. Estudia, contextualiza y secuencia la historia de las sociedades clásicas del ámbito mediterráneo desde la óptica de su cultura material.
I 
1. Realizar, de manera sintética, un comentario de cada una de las figuras abajo representadas indicando el encuadre cronológico y cultural, la técnica de fabricación y su funcionalidad. A partir de estas imágenes, comentar la evolución de la cultura funeraria de Etruria.
Fig. 1 (Izq.) - Urna bicónica (Museo Arqueológico Nacional de Florencia) (de Los Etruscos). Urna bicónica cubierta con casco de cerámica “impasto”, inspirada en el metal. I Edad del Hierro (700-500 a. de C.). En la I Edad del Hierro aparecen las necrópolis de incineración, con un paralelismo a las grandes concentraciones urbanas en los futuros centros históricos; los pozos son simples o dobles. En la necrópolis de Tarquinia, las tumbas de la primera mitad del siglo IX a.C. son de pozo con urnas bicónicas; en las masculinas las urnas se podían cubrir con cascos de cerámica, navajas de afeitar…y en las femeninas había objetos de hilar. Fig. 2 (Izq.) - Urna en forma de cabaña de Tarquinia (de Los Etruscos). Dentro de los ritos y estructuras funerarias de la I Edad del Hierro en Etruria, aparecieron en el área toscolacial las urnas en forma de cabaña oval o rectangular, referente esencial para el conocimiento de la arquitectura doméstica al reproducir las cabañas en las que se habitaba. Las minas y, por tanto, la metalistería, jugaron un papel muy importante en la formación de la cultura etrusca, y su comercio es el que permite la intrusión de Etruria en el comercio internacional. Los recursos mineros etruscos son abundantes, cobre, hierro, plomo, plata…y otros se importan, como el oro y el estaño. En el trabajo del bronce hay dos técnicas fundamentales. El bronce laminado que se decora mediante grabado y repujado y el bronce fundido, donde la técnica de la cera perdida es la más común. Fig. 3 (Dcha.) - Urna canopo (Museo Arqueológico Nacional de Florencia) (de Los Etruscos). Dentro de la manifestación escultórica (escultura exenta) en terracota, destaca el vaso canopo realizado en los talleres de Chiusi, Es una vajilla destinada a contener las cenizas del difunto y cuya producción se extiende desde el siglo VIII hasta finales del siglo VI. Se trata de un recipiente de perfil ovoide, realizado en cerámica y cubierto con una tapadera de barro en forma de cabeza humana, que experimenta una evolución antropomórfica. También el recipiente sufre un proceso evolutivo, añadiendo a la panza unos brazos estilizados. Se sitúa sobre un trono realizado en terracota.
Fig. 4.– El Sarcófago de los esposos de Villa Julia. Del siglo VI (Museo de Louvre). Probablemente contenía las cenizas de los representados. Procede de la necrópolis de Cerveteri. Está realizada en terracota policromada. La postura es muy común, están reclinados en el kliné, que está decorado finamente con volutas. Los esposos están juntos y vivos. Quizá celebran un banquete, pero quizá solamente están conversando o ahuyentando a los malos espíritus. Por detrás hay huecos, para poder guardar las cenizas. El hombre está semidesnudo y en un tono más oscuro que la mujer, que se encuentra totalmente cubierta por la túnica. Los rostros recuerdan al arte arcaico griego. La mujer lleva un tocado liso y las almohadas tienen un tratamiento escultórico de gran calidad. Los etruscos conviven con la inhumación y la incineración. A finales de la Edad de Bronce se difunde la incineración que sustituye la inhumación; los restos cremados se guardan en urnas que se colocan en pozos. En la I Edad del Hierro aparecen las necrópolis de incineración, con un paralelismo a las grandes concentraciones urbanas en los futuros centros históricos; los pozos son simples o dobles y las urnas son bicónicas, teniendo en el área toscolacial forma de cabañas. En la segunda mitad del siglo ya aparecen objetos de bronce en las tumbas masculinas y femeninas. Durante el siglo VIII los objetos de bronce aumentan. En el siglo VII a.C. aparecen las tumbas de cámara que pueden acoger a varios miembros de la familia y cubiertas por un túmulo de forma cónica rodeado de un muro pétreo en la parte inferior. La planta característica del siglo VI a.C. tiene un dromos, una estancia a modo de atrio y la cámara sepulcral con los sarcófagos sobre lechos; en este tipo de tumbas el matrimonio titular estaba en la estancia principal. En Cerveteri en el siglo IV a.C. hay grandes hipogeos de cámara única, hechas con bloques pétreos y falsas puertas, interiormente están decoradas con pinturas o estuco. Ya en época helenística las tumbas son de forma de T, compuestas por un dromos con pequeñas estancias para enterramientos secundarios; también de esta época son las tumbas rupestres con fachadas en forma de edículos o de templetes con columnas talladas en al roca. A mediados del siglo II a.C. las necrópolis se abandonan. 
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA (vid. final de este POST): 
M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico. Col. Unidad Didáctica, Uned. Madrid, 2010. pp. 284-292.
M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico (Addenda). Col. Grado, Uned. Madrid, 2010. pp. 119-134 
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II
2. Identificar y comentar las siguientes imágenes. Desarrollar un comentario razonado sobre el significado de los espectáculos de ocio en la sociedad romana.
Fig. 1 (Izq.) - Pintura pompeyana con la representación del anfiteatro. Siglo I a.C. (Museo Arqueológico Nacional de Nápoles). Entre las ruinas de Pompeya, en algunas casas, aún quedaban restos pictóricos y en una de ellas se descubrió un fresco que coincide con las fechas del evento narrado en las Crónicas de Publio Cornelio Tácito (Anales XIV, XVII), y que reproduce una dantesca escena de lucha encarnizada entre los Nucerianos y los pompeyanos. En la pintura puede observarse el anfiteatro con sus imponentes rampas de acceso, las luchas de los gladiadores en la arena, incluso se aprecian detalles de la ciudad que los arqueólogos han podido confirmar, como por ejemplo, la disposición de las murallas. Este fresco reproduce también escenas de los disturbios narrados por Tácito, las peleas en las gradas, las calles de la ciudad llenas de muertos y heridos, el caos general… Es un testimonio pictórico de aquella fatídica jornada. Se desconoce quién pudo ser el autor. Fig. 2 (Dcha.) - Casco de gladiador en bronce fundido, procedente de Pompeya (Época Nerón-Flavio) Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Se trata de un casco propio de gladiador secutor (casco liso con una pequeña cresta y visera), o tracio (casco con larga visera que remataba en un prótomo de grifo).
Fig. 3.- Juegos de anfiteatro (siglo IV a.C.). Fragmento de un mosaico de Villa Borghese (Galería Borghese, Roma) con representación de luchas gladiatorias. Los combates de gladiadores fueron un componente esencial de la vida romana. Se anunciaban previamente en las paredes de las casas, de los edificios públicos y en los sepulcros que se levantaban a la entrada de las ciudades, indicándose la ocasión del combate, el nombre del patrocinador, los que iban a luchar, el nombre de la ciudad donde se iba a celebrar y la fecha. Al empezar el espectáculo, los gladiadores desfilaban dando una vuelta al circo o al anfiteatro, ataviados con sus armas y distintivos, y al llegar a la tribuna del emperador le dirigían el enfático saludo: Ave, Caesar, morituri te salutant y dirigiéndose al promotor de las fiestas le presentaban las armas para que las examinase. 
Los edificios destinados a la diversión alcanzan en Roma una gran importancia. El teatro es similar al griego pero el romano tiene la orquesta y el graderío de forma semicircular, al tiempo que el escenario muestra importantes edificaciones, generalmente con columnas. El anfiteatro se empleaba para las luchas de gladiadores. El edificio tiene planta elíptica que está rodeada por todos los lados de graderíos mientras que bajo la arena se distribuían las salas dedicadas a las fieras, entrenamiento de los luchadores, etc. El Coliseo de Roma es el anfiteatro por excelencia. El circo se utilizaba para las carreras de caballos; tenía planta estrecha y alargada y estaba rodeado de gradas. La pista se establecía alrededor de la spina. 
Los anfiteatros debían ser construcciones de gran capacidad, con buena visibilidad y un escenario muy versátil para todo tipo de espectáculos; al no tener referentes griegos en este tipo de construcciones, los romanos crearon a partir del siglo I a.C. una original estructura elíptica con un núcleo escénico que llamaron arena. El graderío (cavea) estaba dividido por tres muretes (baltei) en cuatro secciones superpuestas, y la última de ellas estaba dividida a su vez en dos. La sección inferior (podium) eran dos gradas que llegaban hasta la arena pero separadas por un muro de mármol (este material evitaba que las fieras salvajes se agarraran), este espacio estaba reservado a senadores, magistrados…; a continuación había una zona para los miembros ecuestres, y sobre ellos los tribunos y después los ciudadanos; las partes más altas estaba destinadas por orden y los ciudadanos desprovistos de derechos de ciudadanía y las mujeres plebeyas, estaban de pie en las gradas. Para el rápido desalojo en caso de necesidad había un sistema de comunicación horizontal con pasadizos que rodeaban el edificio y escaleras verticales (cunei). La característica más destacada de estas construcciones era la búsqueda topográfica de un lugar donde construirlos. El mejor anfiteatro conservado es el de Pompeya, donde la obra apoya parte en el terreno y parte en una estructura de arcadas y contrafuertes, la arena tiene una forma bastante alargada y tenía dos accesos principales con escaleras. El primer anfiteatro estable de Roma fue construido por Augusto y tras una serie de modificaciones y adecuaciones de Calígula y Nerón, Roma tuvo su anfiteatro. Su ubicación en el centro de la ciudad y su gran tamaño supusieron la culminación del nuevo poder político. En la antigüedad era conocido como Anfiteatro Flavio, y ya en la Alta Edad Media se lo conocía como Coliseo. El proyecto fue iniciado por Vespasiano (71-72 d.C.) e inaugurado por Tito (80 d.C.), aunque los trabajos finales son de Domiciano. El graderío estaba dividido en cinco sectores para las diferentes categorías sociales y la arena estaba compuesta por el subsuelo (fossa bestiario) que contenía toda la infraestructura de las jaulas, montacargas…que permitían la subida a la arena tanto de las bestias como de escenario impresionantes. 
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA  (vid. final de este POST): 
M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico. Col. Unidad Didáctica, Uned. Madrid, 2010. pp. 372.
M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico (Addenda) Col. Grado, Uned. Madrid, 2010. pp. 155-164
FATÁS, G. y BORRÁS, G. M., Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1990.
FATÁS, G. "Espartaco, de S. Kubrick", en Historia y Cine J. Uroz (ed.), Publicaciones de la Universidad de Alicante, 1999, Alicante, 2007, 5-41. 
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 III
3. Mª E. AUBET, “El sistema colonial fenicio y sus pautas de organización”, Mainake XXVIII (2006), pp. 35-47Tras la lectura de este artículo, resolver las siguientes cuestiones: 
Situar en un mapa de la P. Ibérica los asentamientos fenicios de los siglos IX y VII a.C.
Este mapa realizado por la autora del artículo. Circula en la Red, por ello me ha parecido apropiado incluirlo en este trabajo, ya que la alternativa habría sido dibujarlo a mano, siguiendo idénticas directrices (y con peores resultados). Fuente 
– ¿Por qué la principal fuente de conocimiento de la organización colonial fenicia es la Arqueología? La importancia de la Arqueología como principal fuente de conocimiento de la organización colonial fenicia (miles de tablillas de arcilla recuperadas en algunas ciudades mercantiles y en sus colonias), reside en que la mayor parte de la documentación existente en la edad del Hierro (sistemas de escritura aplicados a materiales perecederos –papiro, madera, pintura sobre cerámica) se ha perdido. Esto hace que por el momento sólo pueda existir una aproximación a ese mundo tan desconocido de la administración colonial fenicia a través de la arqueología. 
– Enumerar las principales características de los asentamientos fenicios en la Península Ibérica de los siglos IX-VII a.C. Los rasgos principales de estos asentamientos son su carácter eminentemente portuario, su emplazamiento en promontorios o islotes en la desembocadura de ríos y la unidad de su cultura material, arquitectura e ideología funerarias, que traducen la llegada de grupos de población oriental claramente homogéneos e intrusivos. Las necrópolis confirman la presencia de una población colonial relativamente reducida en el sur de Iberia durante los siglos IX-VII. Más que necrópolis propiamente dichas, se trata de pequeñas agrupaciones de enterramientos, y si las comparamos con las necrópolis de época púnica (siglos VI-III a.C.), cuando los cementerios disponen de centenares o miles de enterramientos, habrá que admitir que las diferencias en volumen de población entre un período y otro son considerables. Característico de las colonias occidentales es su arquitectura, la extraordinaria dimensión de las viviendas más arcaicas y su cuidada estructura urbana. Destacan por su gran tamaño y el lujo en los acabados. Se trata de grandes viviendas, algunas de las cuales alcanzan los 15 m de longitud, con un total de 16 habitaciones en su interior. Tanto la orientación uniforme de las casas como su disposición a lo largo de calles de trazado regular denotan una considerable planificación del espacio urbano. 
– ¿Cuáles han sido las principales líneas de investigación en relación a los asentamientos fenicios del sur peninsular? El gran volumen de información arqueológica recuperado en el sur de Iberia ha propiciado que en esta región se iniciara muy pronto un debate teórico acerca del carácter, función e impacto de las colonias fenicias. En la medida en que el concepto de colonialismo se asocia siempre a formas de dominio, intrusión, conquista, explotación económica, opresión y relaciones asimétricas de poder, es lógico que el análisis de un sistema colonial priorice el estudio de las relaciones y formas de interacción colonial. Sin embargo, y en contra de lo habitual, el colonialismo fenicio en Iberia se ha estudiado casi siempre desde el punto de vista del colonizado, es decir, del mundo tartésico y de las comunidades indígenas del Bronce final. La sobrevaloración de lo indígena, que suele gozar casi siempre de todas las simpatías, ha relegado a un segundo plano el estudio de la estructura interna de las colonias, cuyo análisis no ha superado el nivel descriptivo y taxonómico de los años 70 y 80. El resultado es que sabemos muy poco de los colonizadores y de sus formas de organización socio-política, a pesar de que la evidencia arqueológica apunta a relaciones intra e intercoloniales relativamente complejas. Diversos indicadores arqueológicos pueden ayudar a establecer los rasgos más significativos de las relaciones socio-políticas, tanto a nivel interno como entre unas colonias y otras. 
– Definir las características de los asentamientos y de las necrópolis fenicias. El origen, la función y el patrón de asentamiento de las colonias fenicias son radicalmente distintos al de las colonias griegas de occidente, si exceptuamos posiblemente Pithekoussai, cuyo patrón de asentamiento y carácter comercial se acerca más al mundo colonial fenicio que al griego. Las necrópolis confirman la presencia de una población colonial relativamente reducida en el sur de Iberia durante los siglos IX-VII. Así, las dos necrópolis fenicias de Almuñécar, “Laurita” (ca. 730-625 a.C.) y Puente de Noy (ca. 600), han arrojado un total de 22 sepulturas arcaicas, en tanto que la necrópolis monumental de Trayamar (ca. 650-600 a.C.), relacionada con el asentamiento del Morro de Mezquitilla, ha proporcionado 5 tumbas de cámara conteniendo un total de 12 enterramientos. Las restantes necrópolis conocidas –Lagos (Chorreras), Montañez (Cerro del Villar) y Cerro del Mar (Toscanos)–, contenían todavía menos enterramientos. Más que necrópolis propiamente dichas, se trata de pequeñas agrupaciones de enterramientos, y si las comparamos con las necrópolis de época púnica (siglos VI-III a.C.), cuando los cementerios disponen de centenares o miles de enterramientos, como en Jardín, Villaricos e Ibiza, habrá que admitir que las diferencias en volumen de población entre un período y otro son considerables. 
– Enumerar y definir la funcionalidad de los principales tipos de establecimientos comerciales. Seleccionar uno de ellos e investigar a fondo sus características. El grupo de colonias arcaicas formado por Cerro del Prado, Cerro del Villar, Toscanos, Morro, Chorreras, Ceuta, Adra y Almuñécar se caracteriza por su modesto tamaño y por estar dominado por comunidades de mercaderes pertenecientes a un status social elevado, cuyos integrantes cabe definir como una burguesía mercantil especializada y cercana al poder político. Su establecimiento en pequeñas colonias comerciales, cada una de ellas especializada en determinadas actividades económicas, sugiere la posibilidad de que en origen estos establecimientos fueran fundados por asociaciones, consorcios o firmas mercantiles. Sólo así se explica el carácter unitario de la necrópolis arcaica de Almuñécar, verdadero panteón familiar y colectivo que se reabría periódicamente para acoger a los miembros de un mismo colectivo. Las sepulturas de Almuñécar, escalonadas a lo largo de un período de unos 100 años, sugieren la presencia de dos o tres personajes principales al frente de la colonia durante cada generación. Se trata de mercaderes que viajan con sus juegos de pesas a Occidente y que se instalan en lugares que poseen excelentes condiciones portuarias para servir de base de apoyo a la navegación, desarrollando en ellas actividades complementarias y especializadas. 
– Explicar por qué se considera que Gadir tenía un status diferente al resto de los asentamientos fenicios. Se trata de un sistema organizativo que responde a una jerarquía del comercio. Todo lo que sabemos de Cádiz se conoce a través de testimonios indirectos. Se trata de datos dispersos aunque significativos relativos al status de esta colonia. Sus tres principales características son: 
a) Sólo Gadir ha proporcionado restos monumentales pertenecientes a edificios de culto, seguramente dos en época arcaica, ambos caracterizados por su arquitectura monumental, según se infiere de la presencia de sillares y capiteles de piedra, destacando el célebre templo de Melqart.
b) El área de influencia de Gadir fue enorme y comprendía sobre todo la región de Tartessos, con su producción de plata a gran escala durante los siglos IX-VII.
c) De todas las colonias fenicias de Iberia, sólo Cádiz muestra capacidad y poder suficientes para imponer su dominio comercial en ultramar. 
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA (vid. final de este POST): 
– Mª E. AUBET, “El sistema colonial fenicio y sus pautas de organización”, Mainake XXVIII (2006), pp. 35-47.
– FATÁS, G. y BORRÁS, G. M., Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1990. 
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 IV
4. Identificar la producción a que corresponden los siguientes ejemplos de cerámica romana y explicar su técnica de realización y encuadre cronológico.

Fig. 1. - Terra sigillata gálica. Vaso decorado de forma Drag. 30 de La Graufesenque. Tras una fase inicial de tanteos, los centros gálicos desarrollan una importante producción cuya fase de expansión a partir del año 20 d.C. coincide con los primeros signos de debilidad de las producciones itálicas, a las que desplazó de los mercados occidentales en muy poco tiempo. El estudio de la T.S.G. ha de abordarse en virtud de una distinción zonal que posee asimismo un sentido cronológico, ya que se produce un escalonamiento en la secuencia de las producciones cuyo arranque tiene lugar en el sur de la Galia —terra sigillata sudgálica—, con grandes áreas de producción como La Graufesenque y Montans. Su período de máxima expansión se registra entre los años 30 y la época flavia. En este período, los productos sudgálicos abastecen toda la Galia, la Península Ibérica, Gran Bretaña, el limes germánico, Italia occidental y el norte de África. El grupo de La Graufesenque gravita en torno a la ciudad de Millau —antigua Condatomagus—, y sus producciones presentan una pasta muy fina y dura, de color beige rojizo y cubierta de tonalidad rojo coral intenso, semivitrificada y muy adherente. En su vajilla lisa se encuentran formas de tradición itálica junto a otras de creación propia. Dentro de los vasos decorados, los perfiles más comunes fueron los boles carenados, los vasos cilíndricos y, a partir de mediados del siglo I d.C., los boles hemisféricos. La etapa álgida de sus realizaciones decoradas se sitúa en los reinados de Claudio y Nerón y supuso la introducción de medallones con animales o figuras humanas, así como de las decoraciones en las que se representaron escenas de cacería, circo o de asunto mitológico. El grupo de Montans se localiza en Aquitania y mantuvo una evidente relación de trabajo con La Graufesenque, según demuestra la presencia de moldes y vasos de este último centro en Montans y el más que probable intercambio de alfareros entre ambos.
Fig. 2. - Escifos en cerámica vidriada procedente del taller de Tarso. Esta especie cerámica se establece en el mundo romano por estímulo de las tradiciones griegas. Técnicamente el vidriado se obtenía mediante la aplicación a la superficie del vaso de un recubrimiento de naturaleza vítrea compuesto de productos refractarios (feldespato y cuarzo), fundentes (óxido de plomo) y colorantes (óxidos de hierro, cobre o cobalto). Los centros productores más afamados se hallaron en Oriente, donde el taller de Tarso ha proporcionado evidencias inequívocas de la fabricación entre los siglos II a.C. y I d.C. de piezas con una difusión comercial que afectó al área circunmediterránea y las provincias transalpinas. Otras oficinas debieron radicar en el área de Pérgamo y el sur del Asia Menor. Las piezas de Tarso se caracterizan por presentar pastas de tonalidad blanquecina y un vidriado verde al exterior y melado al interior. La forma más característica es un escifos de pie elevado o base anular. La decoración exhibía representaciones mitológicas y de combates, así como elementos fitomorfos dispuestos en bandas horizontales. Estos materiales fueron imitados en talleres itálicos aún sin identificar. Otro grupo de cerámica vidriada desvinculado del oriental radicó en las áreas latina y campana. Estos materiales se produjeron durante los dos primeros siglos de la Era y se caracterizan desde el punto de vista tecnológico por presentar pastas de coloración diversa (rosada, grisácea o amarillenta) con barniz verde al exterior y marrón al interior. Estos materiales se difundieron en los territorios occidentales alcanzado toda Italia, Hispania, Gran Bretaña y parte de la Galia.
Fig. 3. - Ánfora olearia Dressel 20. El envase comercial por excelencia en el mundo romano fue el ánfora. Esta denominación genérica se aplica a un contenedor cerámico robusto, de cuerpo alargado o globular y dos asas en la zona del cuello para facilitar su movimiento. Desde el punto de vista tecnológico se trata de piezas realizadas con arcillas poco depuradas, a las que se añaden desgrasantes de granulometría media. Dado su tamaño, se confeccionaban en partes que después se unían con arcilla fresca. La tarea final del modelado consistía en el desbastado de las superficies internas y externas, utilizando pulidores y bruñidores de metal o madera. Para facilitar su estanqueidad se les daba un baño de engobe compuesto de arcilla muy depurada en estado líquido antes de la cocción. Una vez cocidas las piezas, podía aplicarse un revestimiento resinoso en su interior, tratamiento que fue especialmente frecuente en las ánforas vinarias y de salazones. 
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA: 
– M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico. Col. Unidad Didáctica, Uned. Madrid, 2010. pp. 493-501.
– M. Zarzalejos Prieto, C. Guiral Pelegrín y Mª P. San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del mundo clásico (Addenda). Col. Grado, Uned. Madrid, 2010. pp. 210-211.
– FATÁS, G. y BORRÁS, G. M., Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1990. 
PÁGINAS WEB CONSULTADAS: 
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ZARZALEJOS PRIETO, M.; GUIRAL PELEGRÍN, C.; SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P.: Historia de la cultura material del mundo clásico. Col. Unidad Didáctica, Uned. Madrid, 2010. 516 pp. A lo largo de sus páginas se analizan las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, esto es, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes ítems que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades que son susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. El marco metodológico y conceptual de este trabajo parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos. 
GUIRAL PELEGRIN, C.; ZARZALEJOS PRIETO, M.: Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico (Addenda) UNED. UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA, 2010. 217 pp. Este libro se ha diseñado como herramienta complementaria de aprendizaje para la preparación de la asignatura Historia de la Cultura Material del mundo clásico. Sus contenidos pretenden ofrecer al estudiante un marco de referencia que le ayude a contextualizar algunos aspectos puntuales de la materia que compone el programa oficial de la asignatura. Este marco de referencia está integrado por diversos tipos de material didáctico. El primero de ellos adopta la forma de comentarios sobre una serie de asuntos seleccionados por el Equipo Docente. El segundo está integrado por una selección de imágenes comentadas sobre cada una de las lecciones incluidas en el temario. El tercer grupo de materiales está conformado por documentos de carácter práctico como son los test de autoevaluación. 
ROBERTSON, M. El arte griego. Alianza, Madrid, 1985. La publicación en 1975 de la monumental History of Greek Art marcó un hito en los estudios sobre el arte clásico, la síntesis de ese libro, realizada por el propio Martin Robertson con la finalidad de ampliar el círculo de sus posibles lectores, conserva la profundidad del análisis y el inteligente uso de la erudición que caracterizan a la versión original. Orientada según criterios básicamente pedagógicos, esta edición abreviada reduce el número de las obras estudiadas pero respeta la primitiva distribución de capítulos. Así, El arte griego permite seguir, en un orden básicamente cronológico, la apasionante andadura de la tradición artística griega, desde su nacimiento en los oscuros tiempos prehelénicos (los períodos geométrico y orientalizante) hasta su «barroquización» en el período helenístico, pasando por el arte arcaico maduro, el momento clásico y su evolución a lo largo del siglo IV. 
FATÁS, G. y BORRÁS, G. M., Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1990. Esta obra recoge además del vocabulario utilizado en los ámbitos de la escultura, la pintura, la arquitectura y las artes decorativas; los términos propios de una gama de ciencias auxiliares como son la numismática y la heráldica. El objetivo de esta obra es que el estudiante que accede a la Universidad adquiera los conocimientos básicos sobre la evolución del arte a lo largo de la historia, desde la Prehistoria hasta el siglo XX, a través de la terminología y los elementos propios del arte de cada período. Asimismo el estudiante aprenderá el contexto histórico, las características principales de cada periodo artístico y sus obras más representativas, en arquitectura, escultura o pintura. En algunos temas, sin embargo, se encontrarán otro tipo de manifestaciones artísticas (vidrio, cerámica, orfebrería, instalaciones, etc…) que por su importancia en ese momento no pueden ser obviadas. Con estos conocimientos, el estudiantes deberá ser capaz de desarrollar cualquiera de los temas que estudiará en las asignaturas con brevedad, orden y coherencia.
BIBLIOTECA DE LA UNED. Guía de uso de los servicios bibliotecarios para estudiantes [en línea]. [Consulta: 13 de abril de 2013]. Disponible en la web: http://www.uned.es/biblioteca/tutorial_uso_etico/citar.htm
GALERÍA ANTIQVARIA. Términos artísticos [en línea]. [Consulta: 13 de abril de 2013]. Disponible en web: http://www.antiqvaria.com/Comunes/Diccionario.asp?SrcCat=DIC&Tipo=0&Categoria=c
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Arqueología Historia de la Cultura Material del Mundo Clásico analiza las culturas clásicas mediterráneas con una perspectiva puramente arqueológica, a partir de la caracterización e interpretación de los diferentes items que conforman las realizaciones materiales de estas sociedades, susceptibles de ser conocidas y analizadas mediante la aplicación del método arqueológico. Su marco metodológico y conceptual parte del concepto de Cultura Material, entendiendo que en él se integran no sólo los elementos con valores “estéticos” o “monumentales”, sino todo el conjunto de objetos y elementos producidos por estas sociedades, así como las prácticas ideadas por éstas para producirlos, distribuirlos, usarlos, desecharlos o reutilizarlos. Estudia, contextualiza y secuencia la historia de las sociedades clásicas del ámbito mediterráneo desde la óptica de su cultura material.